Uno de los días más memorables para Oswaldo Acevedo Gómez, el dueño del café Mesa de los Santos fue cuando su finca El Roble en Santander recibió a nueve compradores de diferentes partes del mundo para una subasta de cafés especiales. Dos interesados, un australiano y una estadounidense, empezaron a pujar por una libra de café creado en su finca y bautizado HR61 -por el nombre de ella y el número de la semilla-. La ronda aumentaba dólar por dólar y el nerviosismo de Acevedo otro tanto.
La puja llegó a los USD 131 y una muestra selecta de ese café viajó hacia Melbourne, Australia. Por varios años fue la libra de café más costosa que se vendió en Colombia. Luego rebautizaron Umpalá, que en lenguaje Guane significa “lugar a donde solo llegan los dioses”.
Las subastas siguieron en Colombia desde hace 13 años. La ultima se realizó esta semana en Santa Marta. Y fue en una de estas en la que llegó una ‘bomba’ llamada variedad Geisha. En las salas de catación de El Roble, el umpalá tenía una cierta similitud con Geisha que en Panamá tiene las mayores distinciones. Y en subastas ha llegado a USD 350 por libra. Pero no era igual.
Acevedo, que había empezado un proceso cafetero en las 320 hectáreas su hacienda en Mesa de los Santos había seleccionado 80 variedades de semillas distintas, de donde había salido HR61. Geisha también tendría su espacio de cultivo en la finca que le había apostado a la caficultura sin plaguicidas con 51.000 árboles de sombrío y aves por doquier que protegían un entorno de brisas cálidas a 1.650 metros de altura.
Tres generaciones antes, el bisabuelo Telmo Jacinto Díaz había iniciado la caficultura familiar en Zapatoca. En 1870, sembraba y exportaba a Alemania. Oswaldo, en la tercera generación, no era cafetero, primero fue encuestador. Y es presidente de YanHaas. Su idea de construir con paciencia esa caficultura que lo ha colocado en los primeros sitios de los cafés orgánicos dio resultados.
En las subastas, las variedades cultivadas en su finca se colocaron en los primeros lugares. En 2013 el Geisha de El Roble , alcanzó el primer lugar en la subasta Grounds for Health en Estados Unidos, que involucra a 800 tostadores quienes pujan por cerca de 100 cafés reconocidos. El café colombiano fue comprado por la firma Kanematsu de Japón. Desde entonces Mesa de los Santos ha continuado ganando reconocimiento internacional en rondas y subastas.
Uno de los ranking de los cafés más caros del mudo sitúa a Colombia en el tercer lugar, precisamente con la variedad geisha y precios entre USD100 y USD 1.000 por libra. Antes están Black Ivory de Tailandia y el Kopi Luwak de Indonesia, con exóticos procedimientos: el primero pasa por el tracto digestivo de los elefantes y el segundo es digerido por civetas.
La geisha que llegó de Etiopía y sigue ganando en las subastas
El geisha, raro y exclusivo es relativamente reciente. La variedad fue descubierta en los años 30 en las montañas alrededor de un pueblo llamado Geisha, al sureste de Etiopía. Sus árboles crecen alto y se pueden distinguir por sus hermosas hojas alargadas. Llegó a Costa Rica en 1953 al Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE ) donde se reconoció su resistencia a la roya, y de allí a Panamá.
Geisha saltó a la fama en 2005, cuando la familia sueca Peterson de Boquete, Panamá, en la competencia y subasta Best of Panama, recibió calificaciones excepcionalmente altas y rompió el récord de entonces para los precios de subasta de café verde, vendiéndose por más de USD 20 por libra. Desde entonces, Geisha se ha convertido en la favorita de los baristas y los entusiastas del café por sus aromas florales, de jazmín, sabor dulce de miel, notas de naranja y cuerpo medio cremoso, acidez alta y brillante. Gusta a todos.

En la reciente subasta internacional que se realizó en Santa Marta, con 100 compradores del exterior, se presentaron 22 lotes que alcanzaron USD 444.549. En la subasta el café Geisha Honey de Cecilia Beatriz Almonacid, productora de Palestina, Huila alcanzó un precio récord de 105,5 dólares por libra, y fue vendido a la empresa japonesa DaVida. Algo para resaltar es que este café no es un commodity de Nueva York, aquí la taza es calificada por jueces a ciegas, sin conocer el nombre de la finca, el dueño o el lugar, sino que es seleccionado por sus características en acidez, cuerpo, exótico, alance y suavidad, tal como destacó José Martínez, director de Cafés de Especialidad de la Federación Nacional de Cafeteros.
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Domingo Torres, el cortador de caña que enloqueció al café
En Colombia, además de Acevedo, geisha es cultivado por caficultores premiados en esas rondas de La Taza de la Excelencia y Colombia Diversa que la Federación de Cafeteros realiza periódicamente para impulsar la calidad.
Uno de ellos es Domingo Torres, de Guapi en el Cauca, reconocido por tener cafés especiales de USD 78 la libra. Su historia es ejemplar. A mediados de los 80 era cortero de caña en Puerto Tejada, a los 21 se fue a Venezuela a seguir haciendo lo mismo, pero como estaba indocumentado, le tocó regresar a Colombia.
En Cúcuta fue minero del carbón por 13 años, y con unos pequeños ahorros unidos a los de su familia compró una finca en Ragonvalia, en Norte de Santander, en 2008. La ganadería fue un fracaso. Pero en 2011 el éxito llegó con la caficultura. Con mucha paciencia empezó con la variedad Castillo y con el apoyo de la Federación en 2016 identificó la variedad Geisha de la que consiguió un kilo por $500.000. Empezó a cultivar.

Entró al Concurso Nacional de Tierra de Diversidad de la FNC. Contra todo pronóstico, en 2022 fue el ganador de acidez, cuerpo, balance y exótico, y segundo lugar en suavidad. Los empresarios chinos lo compraron por USD USD 41 la libra. Después y gracias a la participación del Café Amor Perfecto, alcanzó USD 78 en la Feria Internacional de Café, Cacao y Agroturismo.
Luis Fernando Vélez, fundador y gerente de Amor Perfecto, es un decidido impulsor del consumo del buen café en Colombia. En esa ocasión subastó muy fuerte el de Domingo Torres para poder acabar con el mito de que los mejores cafés de Colombia se van para el exterior. Vélez ha dado la gran batalla, porque antes de 2003, tostar cafés de calidad para el consumo interno era prohibido. Ese año cambió la ley, y ahora el consumo nacional crece gracias a los cafés especiales.
La más resiliente de Planadas
En Planadas, Tolima, está Astrid Medina, otra luchadora que ha encontrado en el café el incentivo para hacerle frente a la huella que le ha dejado la violencia y la adversidad. Su finca Buena Vista está muy cerca de Marquetalia, donde nacieron las Farc. A su papá, un líder comunitario, lo asesinó la guerrilla en 2006, su sobrina de 15 años murió en un campo minado, se había enlistado a los 13 tras el amor de un subversivo. Su madre y un hermano murieron arrastrados por un río durante un deslizamiento.

La resiliencia se la dio el café. Uno de sus siete cafés especiales ganó una prestigiosa medalla en París, tras años de trabajo en que logró exportar a Japón, Estados Unidos y varios países europeos. Además de Tabi produce geisha, caturro, Colombia, Castillo, típica y Bourbon.
Milton Monroy también es tolimense, aunque procede de una dinastía de productores boyacenses de café. En 2023 fue el ganador del premio al Mejor Caficultor de Suramérica y Mejor Café Natural Arábigo en la World Coffee Challenge, celebrada en Madrid.
Milton, 44 años, nació en El Libano, Es caficultor de tercera generación. Su abuelo empezó con la caficultura en Boyacá, su padre llegó joven al Tolima, y allí se quedó.
Otro enamorado del café es Alejandro Renjifo, tiene una finca de 5 hectáreas en San Agustín, donde le apuesta al geisha con su café Reina de Saba. Las semillas las seleccionó a mano de un árbol específico en Acevedo (Huila) y las plantó en lo alto del municipio de las estatuas milenarias. Vive en Portland, pero su corazón está en su café del sur del Huila.
Los exportadores de geisha incluyen a la Federación de Cafeteros, Caravela, Banexport y Osito Coffee. Los que mandan el grano tostado son Luis Fernando Vélez de Amor Perfecto a Egipto, Rumania y España; Pergamino y Santa Bárbara- y aunque la nueva realidad arancelaria impuesta por Trump puede afectar los volúmenes de exportación a EE, UU. pero como se trata de un café tan exclusivo muy seguramente los consumidores pagaran el incremento que les toque, a sabiendas de que lo bueno vale.