Gran conmoción causó que Jessi Uribe, reconocido cantante de música popular, aceptara públicamente su orientación política en favor del ex presidente Álvaro Uribe Vélez. El cantante aseguró que le gusta el ex presidente por ser un hombre frentero y directo. Sin embargo, también precisó que no le agrada meterse en política porque no sabe mucho del tema y puede incomodar a muchas personas. La opinión de Jessi, además de sincera, fue bastante respetuosa dejando claro que es consciente que hay mucha gente que piensa diferente y que todas las opiniones son válidas.
De inmediato, Jessi Uribe fue tendencia en redes sociales. Los petristas se ofendieron con que el cantante tuviera una posición política, como si por ser famoso no tuviera derecho a tener una opinión frente a lo que pasa en su propio país. Fue así como Jessi Uribe se convirtió en blanco de la intolerancia que reina en este país. Al cantante le cobraron haber expresado una simple opinión, la misma que en 2018 tuvieron más de 10 millones de personas que eligieron a Iván Duque presidente de Colombia.
Muy por el contrario, Adriana Lucia, que también es otra cantante y es figura pública, recibe aplausos por parte de los petristas. A ella no hay uno solo que la ataque por decir lo que piensa. La diferencia es que ella dice lo que les gusta escuchar; que los apoya y que está de su lado. Desde el pasado mes de noviembre, cuando expresó su apoyo a las protestas motivadas por el paro de aquel momento, la cordobesa se convirtió en símbolo de adoración por parte de la izquierda colombiana.
Lo que me causa especial interés es que a la hora de la verdad a los petristas no les molesta que Jessi Uribe haya hablado de política. Lo que les molesta es que piensa diferente a ellos. Claramente, se evidencia la incapacidad de tolerar a quien piense diferente. Fatal daño hacen a una sociedad tan polarizada como la nuestra los ataques a Jessi Uribe. Más que atacarlo a él, aquí lo que se rechaza es el pensar diferente. Así jamás podremos unirnos como sociedad. Ni siquiera en un momento como el que atravesamos.
