Intento seguirle la pista al irresponsable hecho del gobierno colombiano de entregar a las Naciones Unidas un dossier con fotos tomadas en Colombia como prueba de la presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en territorio venezolano. Cosa que, además de las burlas, generó un rechazo nacional e internacional por la irresponsabilidad, ineptitud, irrespeto, incompetencia y otro sinnúmero de calificativos reforzando la idea tal de que tenemos un gobierno que no demuestra una comprensión de las problemáticas profundas que adolece la nación.
Para empezar hay que tener en cuenta que las guerrillas como el ELN pregonan estar en defensa de los oprimidos campesinos y obreros, y encuentran un caldo de cultivo en la incapacidad del Estado de cubrir todo el territorio. Para poner un ejemplo, hoy existen zonas del Pacífico donde no hay transporte que permita sacar los productos del campo a la ciudad para la venta. Lugares donde el hampa y la corrupción determinan cuáles son las actividades económicas que pueden desarrollarse. Sectores en que no es rentable para el campesino cultivar la yuca, el plátano, ñame y otros, por el alto costo del transporte. Cada día el combustible se encarece y ello desencadena una escalada de problemáticas sociales que van desde la pobreza, falta de oportunidades, bajos niveles educativos, ampliando cada vez más los niveles de desigualdad.
Con lo anterior, y asumiendo que me tratarán de mamerto, quiero dejar claro que no hay justificación para continuar con la desacertada decisión de articular “todas las formas de lucha” como respuesta a la ineficiencia del Estado. Decisión que ha mantenido al país en una guerra fratricida donde los muertos los ponen las clases bajas, llámense guerrilleros o soldados. Sumado a las problemáticas mencionadas que tienen su origen en la incapacidad del Estado de llegar con todas sus instituciones a todo el territorio, la corrupción, manipulación de las emociones y el oportunismo político de los partidos extremistas se arraigan en el poder como un cáncer que carcome la sociedad impidiendo generar soluciones.
Esto lo expongo para llamar la atención en que la bochornosa acción de presentar fotos como argumento falso ante las Naciones Unidas demuestra, más allá de la ineptitud del jefe, una incomprensión y falta de voluntad política para la atención a problemáticas profundas del Estado. La prolongación en armas del ELN, independiente de la excusa sobre la financiación con las drogas y el cultivo de plantas de uso ilícito, no son excusa para evitar trabajar en temas como desarrollo rural, reforma agraria, restitución de tierras, entre otros, por parte del gobierno.
En una pequeña encuesta realizada por redes sociales, que además no obtuve el impacto esperado (solo 127 votos), preguntaba si se merece o no una sanción el gobierno de Colombia por presentar estas fotos como argumento falso. Reflexionando sobre el asunto, y sin meterme en el campo jurídico pues soy educado en Filosofía y no en Derecho, encuentro que por lo menos hay falsedad en documento público que debiera acarrear un reconocimiento público del error, y no pasar de “agache” posando de dignos con una retórica insuficiente diciendo que “son fotos de contexto”.
Pero no todo es trágico. El 27 de octubre hay elecciones y tenemos la posibilidad de intentar cambiar la historia. Ya se sabe cuáles son los partidos políticos que se amalgaman con la corrupción e impiden el desarrollo de políticas sociales y por esos no hay que votar. Quedó demostrado una vez más qué partidos políticos no quieren la construcción de un país en paz y por el contrario promueven la continuación del conflicto por medio de mentiras y verdades a medias, como los que respaldan el gobierno mediocre que se tiene; por esos tampoco hay que votar. Nos corresponde indagar y participar masivamente por los ediles, concejales y alcaldes que comprendan los problemas sociales y tengan voluntad política para presentar soluciones concretas.