Isidoro Uriarte Osorio habitaba el Bronx. Pasaba la mayor parte de su tiempo en aquella calle, el único lugar en Bogotá donde no sentía el rechazo de nadie. Abogados y asesores jurídicos que ejercen la profesión en las grandes ligas del derecho, buscan a diario a Isidoro para que les aconseje lo que deben hacer en sus pleitos judiciales de tipo civil o penal.
Quienes lo ven por las calles no se alcanzan a imaginar el tipo de persona que tienen en frente, tal vez por su apariencia de mendigo, la ropa sucia y el rostro demacrado, producto de su adicción a las drogas. Isidoro está tratando de superar el vicio para recuperar a su esposa Margarita Armella, con quien tiene dos hijos, familia de la cual desconoce su paradero desde hace más de diez años. Igual situación ocurre con su madre, doña Olga Osorio, a quien no ve desde hace 15 años. De su padre recuerda que era un reconocido ganadero y agricultor de la Guajira.
Isidoro creció en el municipio de Villanueva, después viajó a Barranquilla para estudiar Derecho en la Universidad Libre, compartió las aulas de clase con el cantante de vallenato Daniel Celedón, a quien dejó de ver cuando comenzó a ejercer su carrera bajo la dirección de Crispín Villazón, padre del también cantante de vallenato Iván Villazón. En aquellas oficinas de don Crispin empezó a trabajar colaborando en diferentes casos de Maicao, Riohacha, Cartagena y Barranquilla. Pasados unos meses decidió partir hacia Bogotá, en busca de nuevos horizontes, sin siquiera imaginar que este sería el comienzo de su caída.
Isidoro Uriarte Osorio lleva 30 años luchando contra la droga que lo atrapó en El Cartucho y luego en el Bronx. Fue uno de los pacientes de los CAMAD, el programa de la alcaldía de Petro, al que acudió con la esperanza de salir del infierno.
Cuando Isidoro llegó a Bogotá hace más de 38 años, sufrió una decepción amorosa en su matrimonio, hecho que lo llevó a una gran depresión, y como consecuencia de esto, poco a poco comenzó a sumergirse en el mundo de la droga. No le importó lo que comenzó a suceder con su profesión como abogado, ni mucho menos cerrar otra puerta que para ese entonces se empezaba a abrir. Isidoro empezó a participar como cantante de vallenato en el programa “Sabariedades”, que era presentado por Carlos ‘El Gordo’ Benjumea y Fernando González Pacheco. Pero todo ello se echó a perder.
En los años noventa Isidoro llegó a “La Calle del Cartucho”. Aquel lugar que sirvió de refugio para el crimen organizado de la capital del país pero que fue desmantelado durante la administración de Enrique Peñalosa, convirtiéndolo en el Parque Tercer Milenio. Los habitantes del sector, entre ellos Isidoro, se trasladaron a lo que se ha conocido el 'Bronx', ubicado entre las carreras 15 y 15ª y las calles novena y décima.
Isidoro conserva la esperanza de salir del mundo de las drogas, recuperar su tarjeta profesional, y dedicarse a defender a quienes tengan problemas judiciales en el Bronx. Para ello decidió acudir al Centro de Atención para Personas Adictas a las Drogas , aunque asegura que el servicio que este presta, no cumple con sus expectativas, porque el tratamiento resulta muy básico, para lo que necesitan.