La figura del Impeachment (proceso de destitución) es una figura que se creó desde la misma fundación de los Estados Unidos. Entonces, los conocidos como padres fundadores crearon esta figura para garantizar que nadie estuviera por encima de la ley, sin importar el cargo la riqueza o el poder pe pudiera acumular.
Como principio el Impeachment es una figura de gran relevancia, pues sirve en cierta medida para garantizar la existencia de la república y la democracia. Si bien el objetivo de aquella figura es excelente, la realidad dista mucho de ese propósito democrático idílico que se propusieron los fundadores de EE.UU.
Para nadie es un secreto que EE.UU. y sus presidentes en múltiples ocasiones han estado por fuera de la legalidad, sin embargo, ninguno de estos sufrió un Impeachment, excepto Andrew Johnson en 1968, Richard Nixon en 1974 y Bill Clinton en 1998, aunque ninguno de estos procesos concluyó con la destitución del mandatario.
En el Caso de Jhonson (Demócrata) falto solo un voto para la destitución. Por su parte Nixon ni si quiera vivió el Impeachment pues renunció al cargo antes de empezar el proceso. Finalmente, Bill Clinton tampoco fue destituido. Si bien son diferentes las causas de cada proceso, parece evidente que la herramienta no ha cumplido el propósito para el cual fue diseñada.
En definitiva, el Impeachment ha sido siempre usado más en términos de enfrentamiento político y electoral, que como garantía de la fortaleza institucional y democrática del Estado. En el caso de Trump no es diferente, estamos asistiendo a un Show en donde tanto los Demócratas como el mismo Trump, buscan sacar réditos políticos de cara a las elecciones presidenciales a realizarse en noviembre de este año.
En este vídeo se analizan estos factores y otros presentes en este proceso de de Impeachment.