El 4 de junio de 2022 se publicó en un diario de circulación nacional un artículo titulado “En el guión del Museo de Memoria de Darío Acevedo no existen los paramilitares” abriendo de nuevo la controversia sobre la labor investigativa y documental del Centro Nacional de Memoria Histórica con respecto a los distintos actores y perpetradores de hechos victimizantes en desarrollo del conflicto armado colombiano. El País pudo establecer que este documento está sustentado bajo la voz y la experiencia sensible de las víctimas, con pluralidad, discusión, análisis, respeto por el dolor y la tragedia individual sin distingo de hechos victimizantes y sus perpetradores.
El CNMH y su director Darío Acevedo Carmona publicaron un comunicado de prensa el pasado 8 de junio donde aclaran lo expuesto en el artículo en mención y expresan que “en primer lugar, el documento Caracterización del plan y guión museológico del Museo de la Memoria de las Víctimas y Archivo de los Derechos Humanos de Colombia (MMVADH) es fruto de un largo proceso de discusiones, análisis, ajustes, actividades, reuniones con organizaciones de la sociedad civil, la academia, la cooperación internacional, líderes y organizaciones de víctimas, funcionarios y directivos de la entidad que, a través de diversas metodologías, lo construyeron”. ¿Este asunto tan importante ha sido acaso soslayado por la actual dirección general?
En las publicaciones del Centro de Memoria Histórica, compartidas por distintos canales de comunicación, se puede verificar la información respecto de la Dirección Técnica de Acuerdos de la Verdad donde se evidencia el trabajo investigativo del fenómeno paramilitar en Colombia. El país tuvo conocimiento de que distintos equipos de profesionales han recopilado miles de testimonios (algo más de 14.000) que contribuyen a la verdad, documentados en la publicación de 11 informes que identifican 39 estructuras paramilitares causantes de grandes tragedias en la historia reciente de violencia en el país.
De otra parte y complementando la línea de caracterización, investigación, identificación y atención a las víctimas –cuyo propósito absoluto, según esa entidad, es mantener y respetar el derecho a la verdad –, la Dirección Técnica del Museo de la Memoria de Colombia plantea en su sede física –actualmente en construcción– mostrarle al público en sus exposiciones y espacios museísticos qué grupos actuaron por fuera de la ley, o usando métodos criminales para supuestamente defenderse y de igual forma cuándo algunas unidades o miembros de las Fuerzas Militares y de Policía –cuya misión es la de defender la Constitución y la ley- cometieron graves crímenes contra la población civil o sus enemigos armados y han sido condenados en un juicio.
La potestad de modificar o cambiar las disposiciones sobre la entidad recae únicamente en la labor legislativa del Congreso de la República y no en el fuero personal de funcionarios o contratistas, en cuanto a la gobernanza del CNMH o del Museo de la Memoria de Colombia. Según ha dicho Darío Acevedo, la entidad “no fija un punto de vista desde su dirección general con respecto a la expresión dolorosa y a la experiencia de las víctimas. Lo que se ha hecho con esta suma de experiencias es exponer en muestras itinerantes la versión de un relato sin sesgos ni intervenciones oficiales”. Por lo corroborado con documentos e investigaciones publicadas, no hay un sustento probado de que el CNMH en la construcción de su Guión Museológico, producto de la investigación directa con las víctimas en los territorios, ignora, olvida o rehuye la existencia de alguno de los perpetradores de violencia durante el conflicto armado –incluyendo el fenómeno paramilitar-.
En la página 53 del documento aprobado por el Consejo Directivo (y conocido por El País) esto es lo que se afirma sobre el motivo de la controversia: "Identificación de los actores responsables de los crímenes de guerra y de lesa humanidad con el fin de dar cumplimiento al derecho a la verdad, El MMVADH en sus exposiciones y en sus salas, además de tener como epicentro a las víctimas plurales y diversas del CAI –conflicto armado interno–, debe proporcionar claridad sobre los responsables de las acciones violentas, de los crímenes de guerra o de lesa humanidad cometidos por los diferentes actores armados: desde grupos armados organizados al margen de la ley (guerrillas, paramilitares, autodefensas, etc.), hasta agentes del Estado o de la Fuerza Pública que hayan incurrido en este tipo de delitos contra la población civil o sus rivales armados."
Según se puede contrastar en el comunicado de prensa, el fenómeno paramilitar ha sido documentado en los últimos tres años –Acevedo se posesionó en febrero de 2019– con rigor investigativo por el Centro Nacional de Memoria Histórica a través de sus direcciones técnicas con herramientas de articulación y fortalecimiento para brindar una información precisa sobre aspectos misionales, espaciales, geográficos y cuantitativos que permiten el análisis de este capítulo de violencia ocurrido durante el conflicto armado colombiano.
Esta información recopilada resulta del ejercicio del cumplimiento del mandato de la Ley 1448 de 2011; el mecanismo no judicial de contribución a la verdad y la memoria histórica es el sistema implementado con el cual cuenta el CNMH a través de su Dirección de Acuerdos de la Verdad para permitir el cumplimiento de la Ley 1424 de 2010.
Han realizado 13.860 entrevistas sistematizadas de las personas reintegradas de los grupos paramilitares en el periodo comprendido entre mayo de 2013 y diciembre de 2019, cuyo resultado es la caracterización de lugares de reclutamiento, lugar de nacimiento y de actuación de cada una de las personas reintegradas, así como el componente socialdemográfico de las personas pertenecientes a las 39 estructuras identificadas por la DAV.
Para la dirección general del CNMH el Guion Museológico no es un documento inmodificable. Es la suma de una labor precisa y profesional adelantada en procesos concertados, individuales y abierto a los ajustes y correcciones, consciente del universo de relatos que componen el largo camino de escuchar y conocer todas las voces de las personas violentadas. El MMVADH en esencia atraviesa por una transición de construcción –no solo de su dimensión física– para llegar a ese consenso expositivo que reivindicará finalmente la memoria de las víctimas.
La labor asumida en la era de Darío Acevedo deja al escrutinio de la opinión pública, una labor constantemente atacada en la persona de su director –por su verticalidad y postura política pero con un contraste documental y misional desde el CNMH que contribuye a la máxima de no repetición a través de sus acompañamientos e intervenciones en territorio y con sus publicaciones –se pueden consultar en el micrositio web del Observatorio de Memoria y Conflicto–, que contribuyen a la construcción colectiva de la memoria de las víctimas de Colombia, en la que impera el diálogo y la concertación para resolver diferencias de distinta índole entre personas.
Lo expuesto en un futuro en la sede física del Museo y lo que se sigue publicando será una síntesis del horror y sufrimiento humano producido a sus semejantes por los perpetradores de violencia, pero no será óbice para que justamente cada persona que visite una exposición, lea un informe con base en una investigación o conozca algo sobre el concienzudo trabajo de defender el derecho a la verdad, tome conciencia e individualmente decida no permitir la repetición de actos violentos entre seres humanos por ninguna razón ni motivo.