Su última intervención fue para retirarse las venas de la frente y poco le importó la posibilidad de quedar ciego, pues el cirujano debía entrar por sus párpados. Justin Jedlica es un neoyorquino que a sus 34 años, ha gastado unos US 100.000 dólares –casi 200 millones de pesos- en transformar su cuerpo con tal de parecerse al novio de la popular muñeca Barbie, Ken. Ya lleva más de 135 procedimientos quirúrgicos.
Jedlica luce abdominales marcados, bíceps definidos, glúteos pronunciados y piernas torneadas, pese a que nunca ha pisado el gimnasio porque este no es un lugar glamuroso. ¿Cómo lo logró entonces? Fácil, sus músculos son implantes de silicona. Cinco rinoplastias, levante de cejas, aumento de labios, levantamiento de pómulos y cualquier otra cirugía que usted se sepa, ha sido desarrollada en el cuerpo de este hombre, desde sus 17 años. A sus doce años, solía estar pendiente de los estilos de vida de los ricos y famosos, y terminó emulando lo que él creía que eran, pues todos tenían alguna cirugía.
Justin Jedlica quiere ser totalmente plástico.
Él no trabaja, sin embargo, gana dinero modelando y acepta cirugías como regalos de los novios que ha tenido. Está contemplando la idea de someterse a maquillaje permanente y se encuentra esculpiendo su propio implante de tronco superior, lo cual transformará su cuerpo. Una cirugía que nadie en el mundo se ha hecho y que él será el primero. Claro está, si logra encontrar algún médico dispuesto a colaborar con su causa pues más de un cirujano se ha negado a operarlo argumentando que lo suyo es un trastorno mental.
Algo parecido piensa su madre quien cree que debe parar pero es consciente de que él no lo va a hacer y no hay nada que ella pueda hacer para impedir que siga con este vicio. Justin dice ser su propio lienzo y poder moldearse las veces que quiera. Para él los cirujanos son solamente una extensión suya y los necesita porque no puede operarse a sí mismo, pues si pudiera, lo haría.
No es el único
Para todo Ken hay una Barbie, y en este caso existe Valeria Lukyanova. La ucraniana fue noticia cuando dijo que el exceso de cirugías se debe a la degeneración racial producto de los matrimonios interraciales cada vez más comunes en la sociedad actual. Según Lukyanova, aparte de sus senos, todo en ella es natural pues le gusta su imagen de mujer nórdica. También ha dicho que prefiere morir torturada antes que tener hijos.
Valeria dice que solo se ha operado los senos y que puede vivir del aire.
En cuanto a su alimentación, Valeria se entregó de lleno al bretianismo o respiracionismo, práctica que en los últimos veinte años ha matado al menos a cuatro personas. La Barbie humana sólo se alimenta del micro alimento cósmico –es decir, del aire y del sol- porque prescindió de cualquier tipo de alimento sólido, además afirma provenir de otro planeta y ser capaz de viajar en el tiempo. Lukyanova cree en la reencarnación y dice haber mantenido contacto con seres tridimensionales. Cuenta que usa su apariencia para promover ideas espirituales.
En 2013, un programa de televisión presentó a Justin con Valeria, con el fin de comprobar si hay alguna química entre los dos. Sucedió todo lo contrario pues el uno salió hablando pestes del otro. Aunque parezca mentira, Justin dijo que la ucraniana le pareció fea, por artificial.
