Jacob Manuel Vargas la amaba en silencio desde que formaba parte de la UTL de la senadora del Atlántico. Él había empezado a trabajar en el grupo de la senadora en febrero del 2017. Para él ella era una estrella inalcanzable.
Sólo hasta que la senadora fue detenida a mediados del 2018 y trasladada al Buen Pastor, la relación comenzó a darse. Yeico estaba pendiente de ella, era uno de sus vasos comunicantes con el mundo exterior. Incluso una de las compañeras de la senadora, condenada a 15 años de cárcel por comprar votos, afirma que él fue uno de los cerebros detrás de la cinematográfica fuga de Merlano el 1 de octubre del 2019 después de una visita odontológica en un centro médico al norte de Bogotá. Él visitó con asiduidad la celda de Merlano días antes de la huida, fue quien ayudó a recoger las prendas que tenía en la celda y hasta la fiscalía está determinando si fue el mismo hombre que en una moto la recogió vestido con el uniforme de Rappi.
Desde entonces Aida Merlano solo fue un rumor, un fantasma que era visto en diferentes partes de Colombia, un rumor que se esfumaba con facilidad, un espectro que se materializó este 27 de enero cuando la Fuerza de Acciones Especiales de la Policia Nacional (FAES) arrestó en Maracaibo a Merlano y a un hombre que probablemente es Vargas. La excongresista había entrado al país de manera ilegal acompañada del hombre que la amaba icondicionalmente, que dio toda su vida por ella.
Acá está la foto con la que la Fiscalía pretende incriminarlo: Jacob el día de ayer cuando fue capturado en Venezuela y el día donde presuntamente manejaba una moto y rescató al amor de su vida:
