Después de la tempestad, llega la calma. Tras la convulsión informativa del baldado de agua fría de la lesión, las aguas vuelven a su cauce. La vida sigue igual para los hinchas, pero no para Falcao, que fue operado en Oporto. Los doctores le dieron un 50% de posibilidades de llegar al Mundial. El jugador recibió el alta, se trasladó a un hospedaje eventual en la ciudad portuguesa para su primera parte de la recuperación tras el postoperatorio y comenzó la rutina de la que va a ser nueva vida los próximos meses. Precisamente eso es lo que ahora nos preguntamos, ¿cómo es la nueva vida de Falcao?
Hay una persona que lo sabe muy bien, de hecho relató en su libro el proceso similar que el jugador sufrió en Buenos Aires en 2006. Tal como se narra en las páginas de la biografía El Tigre de Dios (Grijalbo), escrita por Javier León Herrera, Falcao ha hecho frente a situaciones muy complicadas en el ámbito personal y profesional. Las dificultades económicas, los problemas personales, sentimentales, el desarraigo profundo al tener que mudarse a un lejano país como Argentina en una edad tan temprana y las tres terribles lesiones previas a esta de hoy en día, han sido pruebas nada fáciles que Radamel superó como descubrimos en la narración de León.
La mejor noticia para los colombianos es que en todos esos avatares siempre hubo final feliz aferrándose a la fe en Jesucristo. Sin embargo, ¿qué pasa por la mente del Tigre? Esto es lo que nos cuenta su biógrafo: “La lesión es la misma pero las épocas son diferentes, y sobre todo sus circunstancias personales, cuando le sucedió en Buenos Aires hubo como una especie de gabinete de crisis de los pastores cristianos y de su gran amigo y confidente, Jorge Ramos (Q.E.P.D.), la persona que lo llevó al bautismo en la iglesia Rey Jesús y que fue clave en aquella época. Oraron muchísimo porque Falcao estaba teniendo obstáculos que debían interpretarse en clave cristiana, le decían que había que averiguar el propósito de Dios con aquellas pruebas tan tenaces, que debía revisar su vida privada a ver si estaba tomando las decisiones correctas para agradar a Dios, de hecho mantenía una relación en esos momentos que no era bien vista en parte de su entorno más cercano. Los primeros días de aquel entonces fueron terribles, estaba en una depresión aguda, además de cambiar las canchas por las clínicas y los centros de rehabilitación, se enfocaron mucho en lo espiritual, incluso un amigo íntimo suyo de Bogotá de la iglesia Casa Sobre la Roca, Julián, viajó para acompañarle también y animarlo. El día de la operación se derrumbó implorando a Dios y llorando de manera desconsolada. Sus temores eran muchos, a diferencia de cuando lo operaron ahora en Oporto. Julián, Jorge y su papá Radamel fueron sus grandes apoyos en aquel momento. Poco a poco fue superando el miedo psicológico de pensar que la rodilla le quedaría mal, hay que tener en cuenta que entonces fue la de su pierna buena, la derecha. Se motivaba con la oración, con la Biblia, con historias cristianas y con relatos como el del Conde de Montecristo. Cosas de la vida, o de Dios, como diría él, tuvo un final feliz, no solamente se recuperó sino que conoció a la que hoy es su esposa”.
Javier León ve similitudes con lo sucedido ahora pero también diferencias: “la rutina va a ser la misma de entonces, también ahora ha llorado de manera desconsolada, pero lo hizo solamente el mismo día de la lesión, ahora es mucho más fuerte y la interpretación cristiana es diferente. Ha orado y ora mucho y ha sentido fuerza en su fe. Sus circunstancias personales son un ejemplo para cualquier cristiano, felizmente casado, fiel y enamorado de su esposa, padre de una niña, no puede haber duda alguna de que todo eso agrada a Dios. La interpretación más bien para los hombres de fe ahora es otra. Piensan que este gran impacto, acompañado de la que sería una milagrosa recuperación del jugador para Brasil será una gran demostración de Dios hacia el mundo de su tremendo poder. Falcao está convencido de ello. Toda su vida la ha puesto en manos de Jesús para ser un instrumento que Dios use para transmitir su mensaje al mundo y es justo lo que ahora piensa. De las personas que tuvo físicamente a su lado en 2006 a las de ahora hay una en común, su papá Radamel, que viajó a Portugal esta misma semana para acompañarlo en el proceso. Su esposa será su gran apoyo cristiano, junto a pastores amigos que ya han hablado con él. Su vida es una rutina con mucha Biblia y mucha oración diaria, digamos una vida de rehabilitación y oración que ya ha comenzado en Oporto y que seguirá después en Mónaco. Otra diferencia respecto a 2006 es Internet, y es algo a su favor también, los miles y miles de mensajes de apoyo que recibe a diario es otro eficaz entretenimiento motivador. Hoy como ayer, cuando muchos ven oscuridad, Falcao se aferra a su fe y ve una luz intensa. Si tuviera que apostar yo lo hacía a que sí estará en el Mundial".