Madeline es amigable, sincera, muy conversadora y crítica de la situación que pasa su país. “Los medios no muestran lo que realmente está pasando aquí… si los iranís decimos lo que ciertamente sucede nos matan a todos…”. Con estas frases comienza la entrevista, con algo de miedo responde, pero lo primero que pide es cambiar su nombre.
El martes 8 de mayo de este año Donald Trump, en otra de sus controversiales decisiones, tomó la determinación de retirar a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Irán. Para el mandatario el acuerdo es defectuoso e hizo énfasis en que Irán es “el mayor exportador y patrocinador de terrorismo”. Este pacto consiste, básicamente, en reducir las reservas de uranio iraní a cambio de que la comunidad internacional levante las sanciones contra el país islam.
Madeline es iraní, accedió, aunque con algo de dificultad, a ser entrevistada. Es soltera, no tiene hijos y vive en un vecindario de clase media, estudia inglés hace un año y actualmente está en busca de un trabajo; es arquitecta de profesión. Cuida mucho lo que responde, lo noto en sus demoradas respuestas y en la curiosidad que le da saber si Colombia es amigo de Irán.
Habla con autoridad y critica la situación de la mujer en su país: “en mi opinión no es muy buena, no tenemos permiso de hacer nada, hay muchas limitaciones para la mujer”. Además, expresa duda sobre la situación de su género en otros países y enfatiza, una vez más, “las mujeres en Irán no tienen casi libertad, además entre hombres y mujeres no hay equidad y hay gran discriminación contra la mujer”.
Luego de hablar sobre la situación de la mujer en Irán, y de contarle un poco sobre Colombia, conversamos sobre los temas que para ella pueden ser algo delicados. Dialogamos sobre Trump, sobre la situación humanitaria en su país luego de la decisión del gobierno americano, sobre su gobierno y lo que está pasando y me atrevo a preguntarle, además, si son reales las acusaciones que hace Estados Unidos sobre Irán y su proyecto nuclear, Madeline evade esto y continúa respondiendo las demás preguntas.
“Todo el mundo está preocupado por la decisión, nuestra moneda se devalúa y todo empieza a ponerse más caro” continúa y hace una crítica a las clases altas de la sociedad iraní: “tenemos toda clase de personas, algunos grupos son ricos y no les importa nada, no son buenos”, enfatiza, “hay gran presión en la gente pobre y muchos se han revelado en contra del gobierno”. Curiosa, pregunta sobre lo que los medios muestran, respondo que lo del acuerdo fue noticia de un día o dos y que ahora todos los focos están sobre la franja de Gaza y la movilización de las embajadas de algunos países hacia Jerusalén.
Para Madeline esa falta de atención no es buena y comenta: “hace tres meses hay disturbios en todas las ciudades de Irán y el pueblo arenga en contra del gobierno y sus malversaciones”. Con gran determinación y sin miedo agrega: “el gobierno filtró Telegram e Instagram para que las personas no puedan citarse, la policía está arrestando estudiantes y muchas más personas, los reprimen y callan para que nadie pueda decir lo que está pasando”.
Lo que Madeline comenta, hace recordar, y mucho, lo que se mostró hace un tiempo en Venezuela, hay gran similitud. Para esta mujer, los iranís son de “sangre caliente” pero esta no es la razón de su lucha. “El pueblo está cansado de los problemas económicos y políticos, ya las personas no están en modo de aguantar lo que se aguantaba antes” pero agrega “todos no son iguales, todos no están en lucha, algunos están de acuerdo con Mr. Khamenei, el líder de Irán, y él y sus seguidores consideran a Estados Unidos enemigo del país. Pienso que Trump es el real enemigo de Irán” afirma con gran autoridad y sin miedo alguno, Madeline.
“Muchas personas no se consideran amigas de Estados Unidos, pero quieren hacer un acuerdo con ellos para mejorar nuestra moneda y nuestra economía, Muchas personas se oponen a la República Islámica de Irán y quieren otro modelo de república” En este punto Madeline toma nuevamente mesura en sus respuestas y trata de no decir de más. “En general la oposición al gobierno está comenzando y cada vez es más y más, la gente se opone al despilfarro gubernamental, al precio del dólar, del oro, al uso obligatorio del hiyab (es un velo que deben utilizar las mujeres como símbolo de identidad. Cubre su cabello y deja libre la cara), la mala situación económica”. Madeline concluye por un momento y luego comenta “la cosa aquí es que Trump es un real diablo loco”. Se atreve a opinar y manifiesta lo horrible de la situación, refuerza su opinión estableciendo la necesidad de un acuerdo con Estados Unidos, pues “es necesario para quitarse de encima esta situación”
¿Qué puede esperar el mundo de Irán? Su respuesta es vaga, no dice mucho y deja más dudas que respuestas, pero es todo lo que puede decir “realmente no sé con esta situación y con este presidente". Deja el tema hasta ahí, pero habla de los medios de comunicación, “el cubrimiento no es del todo real, muestran una parte y aquí es lo mismo. Los medios son buenos con el gobierno y no son del todo reales” no dice más, quizás por miedo o por las casi 10 horas de diferencia entre Cali y Zanjan que no son compasivas con ella y su cansancio.
Se empieza a despedir, para ella es hora de dormir. Dice adiós con un mensaje contundente: “no juzguen a los iranís, las noticias no lo dicen todo, la política no es todo y las personas aquí somos totalmente diferentes”.
Hoy, seguimos en contacto. Madeline, ha demostrado con mérito propio la calidad humana de los iranís, saca el tiempo para chatear con su amigo en Colombia, saludar un poco y comentar su día, respondo con gran amabilidad pues gracias a ella tuve la oportunidad de conocer la otra cara de un pueblo que vive, la mayor parte del tiempo, estigmatizado.
