Mary Luz Alonso fue la primer mujer del Joe Arroyo, se conocieron cuando Álvaro José era un humilde joven de Cartagena con aspiraciones de convertirse en un gran artista. Mary Luz fue su compañera inseparable de luchas. Tras 20 años de matrimonio y dos hijas tomaron rumbos diferentes por una supuesta traición difícil de superar. Sin embargo, en uno de los viajes del Joe a Miami, por amistades en común, se conoció con Jacqueline Ramón quien era muy cercana al gremio musical.
Jacqueline Ramón nació en Estados Unidos pero sus padres eran colombianos y tenía una carrera de empresas familiares en crisis. Mientras el Joe se derrumbaba por su separación con Mary Luz, ella fue su paño de lágrimas y terminaron por casarse, una salida para que el Joe olvidara a su gran amor. La mujer tenía dos hijos: Edwin, fruto de su anterior matrimonio y Christopher de quien nunca reveló el nombre de su verdadero padre. Siete años después de conocerse, el Joe moriría a sus 55 años en una clínica de Barranquilla a causa de una afección pulmonar, renal y cardiaca.
Pero este no fue el punto final en la historia entre el Joe y Jacqueline. Tras la muerte del Joe, el periodista Mauricio Silva publicó un libro llamado ¿Quién mató al Joe" una recopilación de testimonios de familiares y allegados al cantante, entre ellos su pianista. Silva hizo una escandalosa confesión que desataría una rebelión: uno de los hijos de Jacqueline que había sido criado por el Joe Arroyo era hijo, nada más y nada menos, que de Diomedes Díaz.
Jacqueline y Diomedes se habrían conocido en uno de los toques del artista en Miami. La aventura fue fugaz y así como empezó, terminó pues El Cacique regresó a Colombia y perdieron cualquier contacto. Cristopher, 'Kiko' como lo llaman, nunca recibió el apellido de su padre y tampoco lo conoció. Fue el Joe su figura paterna. El joven resultó ser lo opuesto a Diomedes Díaz, construyó una carrera en Miami alejada del vallenato pues su gran pasión es el rap y hip hop.
'Kiko y su calle', como es conocido en Miami, tiene 50 tatuajes y dos de esos están dedicados a su padre de sangre y a su padre de crianza. Tal vez en sus 8 dientes de oro refleja el estilo del Cacique. Pero quien le dio brindó atención, compresión y lo llevó a emprender una carrera musical fue el Joe Arroyo. “De él aprendí a querer la música, a abrazarla y a amarla como si fuera una hembra”.
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