La designación de Wilbert Hernández Sierra como gobernador encargado de La Guajira estaba cantada. Hernández es hijo de la matrona wayúu Francisca Sierra, una vieja aliada del uribismo en el departamento en donde fue diputada en una ocasión. Mamá Franca, como es conocida en la región, además fue concejal de Maicao y en 2010, cuando Álvaro Uribe terminaba su segundo periodo presidencial, Sierra lo despidió coronándolo con el tradicional ‘Carraczu’, un sombrero símbolo de honor que usan los palabreros wayúu.
La relación entre Sierra y el presidente Iván Duque también quedó en evidencia desde el primer día de su mandato. El 7 de agosto la matrona guajira estuvo en el besamanos presidencial en la Casa de Nariño en donde aprovechó para presentar formalmente a su hijo Wilbert Hernández ante el nuevo mandatario, gestión que tuvo un rédito casi inmediato: en diciembre de 2018 Hernández fue nombrado por la ministra de Trabajo, Alicia Arango, como director regional del ministerio en La Guajira.
Desde que el nombre de Wilbert Henández apareció en la terna propuesta por el Partido de U y el Partido Conservador para terminar el periodo del prófugo Wilmer González, las advertencias sobre la idoneidad de Hernández no se hicieron esperar. El hijo de Francisca Sierra, al igual que su familia que se ha visto involucrada en disputas de clanes en el departamento que incluso le cobró la vida de su hija en un ajuste de cuentas, carga con duros cuestionamientos encima, entre los que está la muerte de Memín Cotes Gómez, primo del exgobernador condenado Kiko Gómez y el primer indígena wayúu en ser extraditado a los Estados Unidos por narcotráfico, que lo responsabilizó de su integridad en 2013, tras haber sido publicado un artículo en La Silla Vacía en el que Hernández Sierra señaló a Memín Cotes de ser jefe de las Bacrim en el departamento dedicadas al narcotráfico y contrabando de gasolina. Aunque las autoridades no conocen de alguna responsabilidad del hijo de Francisca Sierra, Memín Cotes fue asesinado en 2015 en su oficina en Maicao.
Además, pocos días después de su postulación, a la Casa de Nariño llegó un derecho de petición advirtiendo una posible inhabilidad de Hernández para asumir como encargado en La Guajira, pues, al ser director regional del Ministerio del Trabajo, un cargo que tiene injerencia directa como “ordenador de gasto en la ejecución de recursos de inversión o celebración de contratos” con ejecución en el departamento, no podía ser designado por el presidente como gobernador. Esa advertencia tampoco fue escuchada.
Wilbert Hernández apenas duró dos meses en el cargo después de que el procurador Fernando Carrillo lo suspendiera por el contrato de bilingüismo que firmó el departamento con la Empresa Nuevas Tecnología de Innovación, Ingeniería y Comunicaciones NIU Telco S.A.S. por $ 11.400 millones. El contrato, lleno de irregularidades como el número de municipios a los que iba atender en el departamento —figuraban 38 cuando La Guajira solo tiene 15— o el número de instituciones y docentes beneficiados, fue firmado por Hernández un día antes de que entrara en vigencia la ley de garantías, pero solamente fue publicado 10 días después.
Hernández habría entregado el contrato a dedo a la empresa NIU Telco S. A. S. tras las gestiones de dos cuestionados personajes: Carlos Alberto ‘Ñeco’ Lopesierra, hermano del hombre Marlboro, extraditado a Estados Unidos por narcotráfico, y del contratista Juan Carlos Ángel Cáceres Bayona, quien se habría acercado a Hernández prometiéndole un porcentaje del contrato para que se lo asignara. Cáceres Bayona hace parte de la junta directiva de la empresa, en la que la gobernación de Norte de Santander tiene la participación mayoritaria.
Este es el contrato que posteriormente fue corregido por Wilbert Hernández:
El presidente Duque fue advertido de los lunares que tenía el nombre de Wilbert Hernández; sin embargo, se la jugó por el hijo de su aliada política Francisca Sierra. Ahora, cuando faltan solo tres meses para las elecciones regionales, La Guajira vuelve a quedar sin gobernador, y tendrá que buscar el mandatario número 12 en tan solo ocho años.