El hecho político es que Rodolfo Hernández ascendió al 2º puesto en las presidenciales
Opinión

El hecho político es que Rodolfo Hernández ascendió al 2º puesto en las presidenciales

En una de las campañas más crípticas el exalcalde supera a Fajardo. ¿Qué pueden estar viendo los electores en Rodolfo Hernández, el único que va hacia arriba?

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noviembre 14, 2021
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Esta semana hubo dos hechos bastante reveladores de lo que está pasando en las elecciones. Pese a ser una de las campañas más crípticas e inciertas de todos los tiempos, ya comienzan a ocurrir cosas que permiten ir intuyendo lo que puede llegar a pasar.

La primera ocurrió el lunes y fue la encuesta de la firma de Carlos Ariel Sánchez en la que aparece que el 58,69 % de los colombianos no saben por quién votar y que el 14,40 % quieren votar en blanco. Palabras más palabras menos, las tres cuartas partes del electorado no saben por quién votar o, sencillamente, ninguno de los candidatos ha podido cautivarlas.

La segunda ocurrió el viernes y fue que Rodolfo Hernández superó a Sergio Fajardo, ubicándose en el segundo puesto de la contienda. Desde el comienzo, Fajardo estuvo en el segundo lugar, después de Petro, y ahora perdió ese escaño porque el exalcalde de Bucaramanga irrumpió a través de un ascenso, por decir lo menos, sorpresivo y sorprendente, tal como lo muestra la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría que contrató CM&.

 - El hecho político es que Rodolfo Hernández ascendió al 2º puesto en las presidenciales

En todo análisis electoral hay dos preguntas básicas:

—¿Cuál es el significado político de cada uno de los candidatos?

—¿Cuáles son las motivaciones principales que llevarán a que la gente decida por quién votar?

Entre los cruces de estas dos variables podremos ir hallando al posible ganador.

Cuando afirmo que estamos ante una de las campañas más crípticas e inciertas de todos los tiempos lo hago porque las respuestas a la segunda pregunta no son fáciles de descifrar. Sobre la primera, la del significado político de los candidatos, mal que bien la respondemos mirando sus trayectorias, sus alianzas, sus propuestas, sus padrinos. Pero, esta vez, la lectura de los sentimientos y las consideraciones de los electores no ha resultado, ni mucho menos, fácil.

Esta vez, la combinación del aumento desmedido de la pobreza, la proliferación desbordada de la inseguridad, la fatiga con la polarización política, los escándalos de corrupción, la tragedia de Venezuela, la indignación por la reforma Carrasquilla, las humillaciones por los vandalismos y los bloqueos de las primeras líneas, la bobaliconería de algunos candidatos y hasta el fiasco en que está terminando el gobierno, hacen que coincidan tantos sentimientos explosivos que no es de extrañarse que terminen ocurriendo fenómenos imprevisibles.

Los hechos de la semana advierten que hay unas inmensas mayorías en busca de candidato y que comienza a abrirse una inclinación hacia Rodolfo Hernández.

De hecho, el único que marca una clara tendencia hacia arriba es Hernández; los otros, de Petro para abajo, están a la baja o no despegan.

Surge, entonces, otra pregunta elemental.

—¿Qué pueden estar viendo los electores en Rodolfo Hernández?

Esta pregunta es clave para intentar descifrar las coordenadas que van a mover las elecciones.

Hay por lo menos tres características de Hernández que parecen estar empatando con el querer de la gente:

—Es independiente.

—Enfrenta la corrupción.

—Expresa un lenguaje abierto.

Es un candidato que no solo decidió avanzar por fuera de los partidos y las maquinarias. También lo hizo por fuera de las coaliciones. Parece ser que la gente ha percibido en las coaliciones más politiquería y pequeñez que cualquiera otra cosa.

Su bandera más clara es la lucha contra la corrupción de los políticos. Fue su bandera para llegar a la alcaldía de Bucaramanga, y cumplió. La gente está absolutamente “mamada” de que la sigan robando, y en eso les asiste toda la razón.

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La gente quiere el cambio sin Petro

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Así mismo, Hernández habla con un lenguaje totalmente distinto del de los políticos de hoy, sobre todo de los del centro. La gente también está rechazando el lenguaje almibarado y políticamente correcto que se ha tomado esta campaña. En buen romance criollo, no tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa.

Si alguien me pidiera que resumiera, en una frase, lo que estoy viendo, podría decirlo de la siguiente manera:

—La gente quiere el cambio sin Petro

La gente quiere acabar con la corrupción insoportable que nos agrede, con las desigualdades sociales extremas, con la inseguridad rampante, con la mediocridad de los funcionarios. La gente quiere el cambio.

Pero también es cierto que la gente sabe que Petro no es el cambio sino el desastre. El espejo de Venezuela espanta, y con razón.

Por lo pronto, falta ver si Rodolfo Hernández sigue subiendo y si es capaz de sostener su ascenso con propuestas convincentes y confiables.

De lo que sí no cabe la menor duda es que la gente quiere pasarle una justa e histórica cuenta de cobro a la clase política y a las élites.

 

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