personas, culturas, saberes, esfuerzos, inversiones, políticas, visiones
El hecho migratorio es una realidad que demanda una perspectiva global y respuestas armonizadas de los Estados enlazados en la dinámica de trasladar y recibir a los migrantes.
Por ello se requiere unificar criterios para una mejor coordinación y cooperación entre las naciones que involucran a sus connacionales en este intercambio de personas, culturas, saberes, esfuerzos, inversiones, políticas, visiones; etc.
Lo cual, si es reconocido adecuadamente, beneficiaría de manera franca a las naciones que lo hagan y lo formalicen dentro de las dinámicas propias de cada estado.
Concretamente nuestro país se ha distinguido por una gran movilidad de su población, materializada en tres grandes oleadas:
La primera en la década de los años sesenta con una marcada preponderancia hacia los Estados Unidos, la segunda en la década de los años ochenta con destino hacia Venezuela y la tercera en la década de los años noventa dirigida hacia España y otros países de Europa.
Según nuestra cancillería: La emigración colombiana a Estados Unidos se produjo en los años sesenta y setenta, y se reprodujo en los noventa, especialmente por factores económicos, posibilidades de conseguir empleo y aumentar los ingresos y, en alguna medida, por razones políticas relacionadas con la amenaza de grupos armados al margen de la ley.
Esta migración se caracteriza por un nivel educativo alto de los migrantes, buen conocimiento del idioma inglés, mayor proporción de mujeres y una importante presencia de migrantes de clase media y alta.
En cuanto a la emigración hacia España, aumentó considerablemente a partir del año 1998, lo que se explica en gran parte por la crisis económica del país en los años 1998-1999, especialmente en ciertas regiones como el Eje Cafetero, y por el atractivo que presenta este país para integrar laboralmente al colectivo inmigrante, además de la facilidad idiomática que presenta para los colombianos.
Actualmente, el colectivo colombiano en España constituye la cuarta nacionalidad más numerosa, precedida por la marroquí, la ecuatoriana y la rumana.
Los migrantes colombianos en España se caracterizan por ser mayoritariamente mujeres, tener un nivel educativo medio y pertenecer a clase media y media baja.
De igual manera se señala la migración como un fenómeno creciente y heterogéneo cuyas causas y consecuencias están profundamente ligadas a la situación local y global. Los colombianos que emigran lo hacen por diversas razones y hacia diferentes destinos.
Entre los principales motivos están la búsqueda de oportunidades laborales, teniendo en cuenta la demanda de fuerza de trabajo poco calificada en los países desarrollados y el efecto de la globalización sobre el aumento de fuerza de trabajo que busca una mayor remuneración en los países desarrollados. Así mismo, se encuentran causas como la reunificación familiar, la mejora de los niveles de calidad de vida y la oferta de estudios en educación superior de otros Estados. *1
Según estimación realizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, actualmente se encuentran en el exterior 4.7 millones de colombianos, no obstante, la realidad supera esta cifra, pues se calcula que existe un subregistro de colombianos en la informalidad que superaría los seis millones de migrantes.
Ahora bien, según datos del Banco de la República los colombianos en el exterior enviaron una cifra récord de remesas al país con una cifra aproximada de 8.597 millones de dólares, por los conductos oficiales; lo que reafirma que el trabajo arduo de nuestros compatriotas, al igual que la de otros países, se constituye en una de las fuentes más importantes de recursos, ocupando el segundo renglón en nuestra economía.
Según la revista portafolio las brechas en oportunidades e ingresos, al igual que la violencia y el cambio climático, son la principal justificación para que una persona busque un mejor futuro para sí y los suyos en tierras diferentes a aquellas en las cuales vio la luz.
En general, quien llega a otra nación no corta los lazos con su lugar de origen. Tan pronto el recién llegado consigue un trabajo, lo usual es que les mande dinero a quienes dejó atrás.
Dicha cifra es descomunal, bajo cualquier parámetro que se utilice. A ojo de buen cubero, el dinero que envían los colombianos a su país equivale al 17 por ciento de las exportaciones y supera las ventas al exterior de oro, café, flores, banano, aceite de palma, azúcar y productos químicos, en su conjunto.
Tan solo el petróleo aporta más, pues todo apunta a que el carbón les cederá el segundo lugar a las remesas, que crecen a un ritmo superior al 10 por ciento este año (2019).
Dado el abultado déficit de la balanza comercial, lo que arriba en transferencias es fundamental para financiar en buena parte ese desequilibrio. Puntualiza la revista económica. *2
Por lo tanto reconocer este hecho migratorio como el desplazamiento de una población que se produce desde nuestro lugar de origen a otros destinos y lleva consigo un cambio de la residencia habitual en el caso de las personas o del hábitat en el caso de las especies de animales migratorios; permitiría si se proporciona el apoyo, seguridad, bienestar y sostenibilidad a esta población que lucha, contribuye y de qué manera con la economía nacional, un mayor crecimiento de nuestra economía y de la extranjera, pero lo más importante, es que contribuiría con la estabilidad de nuestros migrantes y sus familias.
Ese es el compromiso expresado por el Abogado Guillermo Pérez Flórez, uno de los migrantes nacionales que regresó a nuestro país, con la decidida intención de reconocer el hecho migratorio, en su trabajo legislativo como miembro de la lista al Senado por el Nuevo Liberalismo.
*1. Ministerio de Relaciones Exteriores
*2. Revista Portafolio