De donde llegan esos vídeos trágicos y dolorosos no es Haití ni Venezuela, es Tasajera, Magdalena, Colombia. Tampoco el camión cisterna se volteó porque un elemento extraño que no fuera una babilla precipitó su volcamiento, ni la gente fue a recoger (robar dicen muchos) gasolina porque son costeños, ni la situación en la que sobrevive esa gente la provocó Carlos Caicedo, gobernador desde hace apenas seis meses. Dejen la ligereza, la mala leche… documéntense.
Cuando usted va de Santa Marta para Barranquilla, en ese corredor por donde ve a un costado el mar y del otro, la ciénaga grande, encuentra tres caseríos, uno más poblado que los otros dos: Pueblo Viejo. En el interior se reconoció su existencia cuando vino Gilberto "El Alcatraz" García a jugar a Millonarios, él nació allá. Un rematador mortífero que falleció temprano y nos heredó el fútbol de su hijo gran lateral. Pero después de esa localidad vine Tasajera y más allá está el puente y el caserío más pequeño, la Barra. El puente de La Barra es el paso del agua del mar hacia la ciénaga, que al mezclarse con el agua dulce de los muchos arroyos que confluyen en ella crean ese amenazado ecosistema que permite a través de la pesca los medios de supervivencia de las tres poblaciones en gran porcentaje. El otro medio es la venta de refrescos y pendejadas varias en el peaje. Nubes de hombres y mujeres arañan con sus ventas el plato diario de comida en ese sitio. Y han llegado a esa situación por el abandono estatal. Cuando se pasa por allí, solo se ve una cancha de fútbol, una iglesia, un cementerio y una hilera de casas miserables al lado de la carretera. Niños correteando detrás de una pelota y muchas veces hombres jugando dominó.
Ellos juegan dominó y observan. Nadie lo sospecha, pero ellos esperan el momento exacto en el que el ciclo de la marea alta y la marea baja, la pleamar, les permite ir por sus atarrayas a pescar. El turista de Brasilia cuando pasa generalmente exclama: ¡qué costeños tan flojos, jugando dominó a esta hora! Solo esos flojos conocen cuándo el mar les permitirá ir a pescar.
Sin agua, ni luz ni alcantarillado, sin escuelas ni puestos de salud decentes, ellos la gente de estos pueblos, apenas sobreviven. La miseria da pocas oportunidades y que se voltee un camión con gasolina fue una de ellas. Por allá la mano del Estado nunca llega. De sus gobernantes el tiempo solo ha dejado vallas que recuerdan los apellidos de los tiranos que han ostentado el poder: Vives, Dangond, Lacouture, Cotes…
Y ahora se atreven a culpar a las víctimas, que se quemaron tratando de recoger un par de galones de gasolina, dizque fueron a robársela…Ignorantes, canallas. Están robando los que a pesar de bajar el precio internacional del petróleo nos siguen vendiendo la gasolina cara, los que la contrabandean con la aquiescencia de las autoridades, esos si se la roban.
¿Usted que ha hecho gobernador?, le dicen a Caicedo los jueces de la radio… en estos seis meses apenas ha enfrentado la pandemia y ha llevado mercados en el tiempo que le han dejado los ataques de los viudos del poder
Paz en la tumba de quienes ofrendaron sus vidas por hambre y castigo para quienes han llevado a esos estados de carencia a tantos pueblos de gente buena.
