El 26 de Junio surgen tres hechos, por un lado, Uribe por medio de un tweet informa que su página web a sido atacada por 9000 bots, seguidamente un grupo que se autodenomina Anonymous Colombia se adjudica el ataque cibernético, que básicamente consistió en el cambio de la interfaz visual de la web, más que un ataque a sus bases de datos, como si lo ha desarrollado Anonymous en otras partes del mundo, o como lo desarrolló Wikileaks en su momento; por ende podemos situar la acción de Anonymous Colombia, más en una acción de hacktivismo (En este caso tiene sus implicaciones legales), que de hackeo como tal.
Y un tercer hecho, que es en el que quiero profundizar, es el de la Senadora María Fernanda Cabal, quién pública un tweet, donde presenta evidencias de la planeación de "ataques informáticos" mediante grupos de facebook a sus cuentas de Facebook y Twitter, comparándolo con el ataque a la página web del Senador Uribe. Y está comparación se puede dar por dos razones, una razón debido a la ignorancia generalizada sobre el tema del hacktivismo, el hackeo y las protestas por redes sociales; y otra con las intencionalidad de criminalizar toda protesta digital como un hecho de hackeo, es decir de ilegalidad.
Y es que en el caso de la convocatoria en Facebook para manifestarse en contra de la Senadora, no tiene nada de ilegal, ni hace parte de un plan maquiavelico para tomarse el poder, ni es financiado por el castrochavismo para desastibilizar la nación, sino que corresponde a ciudadanos que han creado sus identidades digitales, y se agrupan para expresar sus opiniones políticas.
Pero el hecho de catalogar una protesta en redes sociales (publicación de una opinión con una etiqueta de acompañante, en este caso #LaCabalAbusadora), como un ataque informático, ya es de suma gravedad, pues abre el camino para hacer de un tweet un hecho ilegal y por ende de ataque a los derechos civiles y políticos.
Y es que en el conflicto en redes sociales es latente, pero no ilegal, en algunos casos se podrá catalogar de anti-ético, como son las fake-news, donde constantemente un bulo circula sin control por las publicaciones de los usuarios, con el fin de acabar con la reputación de algún ser humano. De igual se manera sabemos de que sí hay financiación para estrategias en redes sociales que intentan manipular la percepción de los ciudadanos hacia ciertos personajes o políticas, en especial en época de elecciones, pero la única forma de contrarrestar dichos estrategias oscuras, es procurando la organización civil en redes, el correcto manejo de la información, fomentando la libertad de opinión y sobretodo politizando la sociedad.
Debemos tener claro, que la organización por redes sociales y el desarrollo de protestas vía digital es un derecho y una posibilidad para que muchos de los que estamos lejos de las instancias de poder, podamos comunicarse con nuestros pares ciudadanos y generar proceso políticos, expresiones ciudadanas, propuestas de cambio social.
