A las 9:32 de la mañana José Aldemar Rojas llegó a la entrada adyacente de la Autopista Sur. Había terminado un recorrido que lo llevó desde la avenida Villavicencio hasta el barrio Venecia en donde dejó a un hombre cuya identidad aún es un misterio. Parqueó su Nissan Patrol de 1993. Antes de identificarse aprovechó que la puerta para vehículos de carga pesada se abrió. En ese momento salieron tres agentes en motocicletas. José Aldemar Rojas puso en marcha su vehículo y a toda velocidad ingresó. No le importó que la puerta se estuviera cerrando, la tumbó.
Rojas sabía exactamente los pasos que tenía que seguir. El atentado lo habían planeado desde 10 meses atrás. Lo escogieron por su experiencia. A sus 56 años tenía un vasto recorrido por el ELN: ingresó en 1994 y después de pasar por varios frentes se hace cabecilla en el año 2003 del Adonay Ardila. Uno de sus alias, el de El Mocho, se lo ganó después de que una bomba de mediano calibre se le explotara en su mano derecha.
José Aldemar Rojas era un experto explosivista. Radicado en Fortul, Arauca, se desplaza constantemente en Venezuela para dar cursos a miembros del ELN. Estuvo relacionado con la escuela de primer nivel de combatientes del batallón Héroes y Mártires del Bloque Oriental del ELN. Era experto en labores de inteligencia. Cercano a Pablito y a Gabino, nadie dudaba de que era el hombre ideal para ejecutar el atentado.
Recorrido de la Camioneta antes de llegar a la Escuela General Santander
En ese momento en la Escuela General Santander se vivía un ambiente de fiesta. Un día antes habían regresado de las vacaciones más de 100 estudiantes. La Brigadier General Juliette Gilmar Kure repartía en el patio central de la Escuela condecoraciones y ascensos. Allí estaban formados más de trescientos estudiantes. La idea de Rojas era acercarse lo más posible al evento y detonar los 80 kilos de pentolita que cargaba en su Nissan Patrol. Una vez ingresó los policías apostados en la garita se comunican con otros vigilantes que están adentro. Los perros, que habían salido en versiones de ayer, los habían ubicado en la entrada principal. Adentro un oficial ve la camioneta, el oficial se le pone al frente de la Nissan. Rojas frena con brusquedad y retrocede. Justo cuando estaba a unos metros del dormitorio de las mujeres estudiantes, la camioneta explota.
Nuestra directora hace nombramiento del brigadier mayor de Escuela al señor alférez Andres Camilo Parra Ruiz, por su liderazgo y buen desempeño académico. pic.twitter.com/CiasIei4C6
— Escuela de Cadetes de Policía ECSAN (@EscuelaDCadetes) 17 de enero de 2019
Los muchachos que se formaban en la plaza central escucharon el estruendo y vieron la bola de fuego alzarse hasta el cielo. Corrieron y vieron el horror: alrededor estaban tirados amigos, compañeras, los estudiantes que convivían con ellos, muchachos entre los 17 y los 22 años. Para la Fiscalía fue muy fácil averiguar quién había sido el autor del atentado. Con las placas buscaron al propietario y supieron que en marzo del 2017 el carro había sido comprado por Mauricio Mosquera León, alias Macancán, quien tenía antecedentes de rebelión, concierto para delinquir y terrorismo. Este le había traspasado la propiedad del vehículo en abril del 2018 a José Aldemar Rodríguez. Minutos después del atentado apresaron a Ricardo Andrés Carvajal a raíz de una llamada interceptada. El hombre de 39 años reconoció que tuvo que ver con la explosión.
Hasta el momento solo 11 de los 21 muertos han sido identificados.