Es matemáticamente imposible que, como dice Leonel Guardo, director del proyecto de El Guardián, en el Canal Cartagena, quepan simultáneamente 400 animales en jaulas de cemento de 5 metros por 5 metros y que sea al mismo tiempo un hospital médico veterinario.
El Guardián es un centro de zoonosis —matadero de mascotas— construido por la gobernación de Bolívar a un costo exorbitante, con unos sobrecostos evidentes e insultantes, con un millón de mentiras y abusos de poder, con el apoyo del silencio de la prensa enmermelada, de espaldas a la carretera, a los animalistas y a la opinión pública, y que está siendo maquillado como hospital médico veterinario. “Seguimos en pie de lucha y no nos dejamos engañar”.
¿Qué es el Guardián?
Unas millonarias instalaciones en la vía entre Santa Rosa de Lima y Villanueva Bolívar. Su sola construcción (sin incluir la dotación) costó más de 3 mil 500 millones de pesos, en un departamento donde no hay una cárcel digna para los seres humanos, ni para las mujeres maltratadas, ni para los desplazados por la violencia, ni para ancianos sin recursos, ni para drogadictos ni para niños huérfanos, y estamos hablando de esta millonaria inversión en cemento, varillas y eternit, no de oro, ni de diamante ni de mármol
Son solo 250 metros cuadrados, es decir, del tamaño de mi casa. Otra trampa que ha hecho el Gobernador es que su oficina de prensa ha hecho los vídeos con lente panorámica, es decir, se ve inmensa una construcción de tamaño normal.
En El Guardián hay 10 jaulas de cemento de 5 metros por 5 metros cada una, y unos consultorios médicos, nada más. No es un hospital.
No está arborizado, es un peladero en medio de la nada, las temperaturas son infernales en ese lugar, la sola ubicación es un acto de maltrato.
Eso no está diseñado de ninguna manera como hospital, como se está afirmando ahora a las volandas en la prensa, para acallar las denuncias de la gente buena que está escandalizada con este exabrupto, habría que reconstruirlo totalmente.
Si va a ser hospital médico veterinario, su ubicación es inconveniente y absurda. De espaldas a la carretera y en el fin del mundo, cuando todavía no han empezado ni siquiera el proceso de contratación y licitación de las tres ambulancias médico veterinarias que nos prometieron en la socialización del proyecto.
Nada justifica que la totalidad de las luces de las instalaciones de la perrera El Guardián estén encendidas las 24 horas si todavía no está oficialmente al público el servicio de hospitalización.
Aunque está como tal funcionando desde el 20 de enero. Una fuente de alta fidelidad nos dijo que “La limpieza”, es decir matanza de perros y gatos sería hecha presuntamente de forma oculta y de madrugada. ¿Coincidencia?
Allí no caben nunca jamás 400 animales, es imposible. No caben sin hacerles daño, sin causarles estrés, hacinamiento, ansiedad, dolor emocional. No caben sin maltratarlos. No caben si entendemos que tienen sentimientos y al igual que nosotros, alma, espíritu, corazón, amor infinito. Si entendemos que quieren exactamente Igual que nosotros, compañía, sentirse queridos, y que “zampar” 20 y 30 perros en unas jaulas de 5 x 5 metros es un acto de infinita crueldad y egoísmo.
Si quieren hacerlo hospital médico veterinario, y hay 10 salones, no caben cómodamente más de 10 perros por salón, así que solo un máximo de 100 perros podría estar al mismo tiempo cómodamente.
Leonel Guardo, director del proyecto El Guardián no es animalista, jamás lo ha sido ni desea serlo, me dijo en mi cara hace dos meses en la entrada de Centro Uno que los animalistas jamás entraríamos ahí ni haríamos parte del proyecto.
Sabemos también de fuente de alta fidelidad que a todos los empleados a los que se les está contratando se les advierte que: “Animalista que venga a joder se le va a poner los puntos sobre las ies, esto es nuestro, no de ellos, se les va a poner una muralla”.
Nos cierran las puertas a los animalistas de verdad, a los que somos los únicos y auténticos dolientes de los animales sin familia, damos la vida, todo nuestro dinero, nuestro tiempo, esfuerzo, todo lo que tenemos y lo que no tenemos por ellos, negarnos la entrada es confirmar nuestras peores sospechas y pesadillas.
Es que además no pueden negarlo porque la prueba de que el proyecto El Guardián es una zoonosis está en los papeles que sustentan la inversión.
El proyecto escrito sustenta la inversión de $3.500 millones en la sola construcción de ese lugar señala que el objetivo es “disminuir la población animal” no hay un solo documento oficial que certifique que hay se les va a amar, a proteger, a vacunar, esterilizar, respetar, dignificar, esterilizar.
El gobernador habla mucho en los medios, habla hasta por los codos, gobierna desde los micrófonos, para adelante y para atrás, se contradice con frecuencia y nadie tiene el valor de confrontar sus reiteradas inexactitudes.
En Santa Rosa de Lima nadie sabe qué va a pasar en El Guardián, estamos recorriendo los municipios que serán impactados por este proyecto, averiguando qué información tienen, y en ninguno sabe absolutamente nada.
En ningún municipio del departamento de Bolívar funciona correctamente la Umata. Son unas instalaciones pobres, sin personal, chiquitas, la mayoría muy tristes, es decir, no existe de ninguna manera el tejido social que permitiría que eso funcione en beneficio de los “peluditos”.
El proyecto escrito que sustenta la inversión también dice que en el ítem “beneficio del proyecto” que los millones que el gobierno se ahorraría con los gastos que los perros le causan. ¿Se puede acaso ser más frío, insensible y malvado?
El gobernador de Bolívar nos prometió en la socialización que este lugar quedaría en Cartagena de Indias, en el coliseo de Feria ganadera, y lo hicieron en Santa Rosa de Lima. En ese lugar no se cumple un propósito real de servicio, pues quienes más necesitan un hospital médico veterinario, son las personas estratos 1 y 2, y no van a arrancar para santa Rosa con un perro herido encima.
- El gobernador Turbay nos prometió en la socialización que el lugar sería de 3.500 metros cuadrados de construcción y nos entregó un sitio de sólo 250 metros.
- El gobernador Turbay nos prometió en la socialización que el lugar acogería también a equinos maltratados y quedó solo en palabras.
- El gobernador Turbay prometió tres ambulancias médicas veterinarias y ni siquiera han empezado el proceso licitatorio de las mismas.
- El gobernador prometió que el sitio tendría espacios para recreación y esparcimiento de los animalitos y solo hay unas celdas de castigo sin sombra ni estabilizador de temperatura, en las cuales estarán angustiados, confundidos y matándose entre ellos.
- El gobernador Turbay prometió que los animalistas y defensores de la vida en general haríamos parte del diseño, concepción y desarrollo del proyecto y nos aisló totalmente del mismo.
- El gobernador Turbay cuenta con más de tres hectáreas donadas por la alcaldía de Santa Rosa de Lima para desarrollar el proyecto, solo construyó 250 metros cuadrados, y el resto del lote está “bloqueado” en la oficina de instrumentos públicos. Pareciera que “presuntamente alguien” se quiere apropiar de ese terreno.
No nos dejamos engañar, el gobernador y sus funcionarios han mentido reiteradamente, ante la impunidad acrítica que ofrecen los medios locales.
Por eso no les creemos, y se necesitan pruebas reales y fehacientes de que eso será en verdad un hospital médico veterinario,
Los defensores exigimos que se establezca de buena voluntad la figura o cargo de “animalista residente”. Serán personas que estarán las 24 horas en El Guardián en turnos de 8 horas, garantizando que no haya ningún tipo de sacrificio o maltrato ni físico ni emocional, ni hacinamiento ni desaparición de los peluditos. Estas personas serán escogidas por los animalistas reales, no por la gobernación.
Si no tienen nada que ocultar, no se negarán.
Seguiremos haciendo plantones y acciones desde la Sociedad Protectora de los Derechos de los animales, estén pendientes.