Desde que los defensores de derechos animales se enteraron de la construcción por parte de la gobernación de un lugar que acumularía animales, como perros y gatos, están preocupados por el manejo de estas y por cómo pueden terminar siendo un lugar contrario a su naturaleza.
He escrito decenas de artículos mostrando paso a paso las informaciones, dudas y avances por parte de los defensores de los animales, pero esta vez quiero dejarles este documento de veeduría creado por la doctora veterinaria Ingrid Hernández Soto, que aclara los temores sobre lo que sucede y sucederá en este lugar que ha movilizado la opinión de las fundaciones con más tiempo. como es caso de FRAD (Fundación por el Rescate de Animales Desamparados), dirigida por ella.
Comunicado de veeduría:
Los abajo firmantes, activistas y líderes sociales de diversas causas y todos los que caben bajo el concepto de animalistas, defensores de los derechos de los animales, amantes de los animales, deseamos dirigirnos ante el gobernador del departamento de Bolívar Dumek Turbay Paz ante la opinión pública departamental, nacional e internacional, para manifestar nuestra inmensa preocupación y angustia ante la inminente apertura del centro de Bienestar animal denominado "El Guardián", concebido con miras a ser un hospital veterinario, pero cuya lujosa infraestructura carece de los espacios y áreas que los animales hospitalizados requerirán para su bienestar, su dignidad, su libertad y su felicidad; contando con un predio de tres hectáreas la instalaciones solo ocupan 3800 metros cuadrados, de los cuales solo el 50% o menos albergará a los animales.
Los defensores de los derechos de los animales, animalistas independientes y fundaciones fuimos invitados a la socialización del proyecto en agosto 2016 solo para cumplir un requisito legal, más nuestras observaciones y sugerencias no fueron tenidas en cuenta por la gobernación de Bolívar, cuyo gobernador es el señor Dumek Turbay, así mismo fuimos aislados de todo el proceso a pesar de lo manifestado por el gobernador durante la socialización cuando expresó su deseo de trabajar mancomunadamente con todo el gremio de defensores de derechos animales.
Llama la atención las conversaciones a puertas cerradas y lo selectivo que ha sido el proceso de visitas para conocer las instalaciones, ya que muchos de los animalistas excluidos llevan décadas trabajando con mucho esfuerzo y esmero para dignificar la vida de los animales sin hogar, de los que no tienen posibilidad de ser comprados, de los que han sido quemados, mutilados, desechados por la sociedad de consumo, pero que para cualquier persona con un ápice de empatía y sensibilidad resultan perfectos, como seres sintientes que son, tienen la capacidad comunicarse y de enseñarnos el verdadero significado del amor incondicional, ellos merecen respeto y cuidados y sobre todo una oportunidad para ser felices, amados y protegidos. La vida de cada perro y cada gato, no importa su condición física o estética, vale tanto como la más brillante estrella.
Hemos considerado desde el principio un error la sola concepción de este proyecto, teniendo en cuenta que sin el diseño previo de una política pública departamental de bienestar animal, que las leyes de protección animal en Bolívar no se cumplen, que la penalización impuesta por estas leyes no es sancionada, que no existe un censo real sobre la población de animales de Cartagena y mucho menos de los municipios de Bolívar, que no se está haciendo ningún tipo de campañas educativas y de sensibilización sobre tenencia responsable, que no se está haciendo el debido proceso de control poblacional a través de las esterilizaciones masivas, gratuitas, continuas y extendidas a todo el territorio, resulta fácil pensar que este centro terminará convirtiéndose en un coso o perrera municipal, es decir en un matadero de perros y gatos.
Tampoco se ha creado un acuerdo o decreto que establezca las funciones y alcances de este centro, no se ha salvaguardado el uso de la eutanasia como último recurso cuando la calidad de vida y/o el sufrimiento del animal no puedan ser restablecidos y no sea usada como un método para el control poblacional, y resultaría lamentable no tener en cuenta la experiencia que tantas ciudades colombianas han tenido que pasar con el penoso y cruel sacrificio masivo de animales, para terminar dándose cuenta que la eutanasia como control poblacional no funciona, además de que deteriora la ética y moral del territorio.
Sin decretos, acuerdos ni estatutos que protejan la vida de los animales que sean ingresados allí, cada nuevo gobierno será una ruleta rusa de terror, donde lo que estará en juego será la vida de los animales inocentes al vaivén del egoísmo y la mezquindad de los políticos, no podemos dejarlos expuestos a la voluntad de cada nuevo gobernante.
Nos gustaría saber cómo será el proceso de ingreso de animales a este hospital público, ya que por la lejanía resulta incómodo y costoso trasladar un animal enfermo o lastimado desde cualquier municipio hasta Santa Rosa, y de lograr trasladarlo hasta allí, ¿será recibido y atendido?
Obviamente al ser un hospital una vez sano el animal deberá ser dado de alta, ¿a dónde será llevado?
En el caso de animales discapacitados (ciegos, cojos) o animales muy ancianos, o animales agredidos en zonas peligrosas que no podrán regresar a su lugar de origen, ¿qué ocurrirá con ellos?
El abandono de mascotas en este centro no se hará esperar, ¿qué sucederá con los animales que sean dejados allí, ya que este centro no es un albergue si no un hospital?
Podríamos continuar hasta el infinito haciendo muchas de estas preguntas, lo importante es conocer cuáles son los planes de contingencia que tienen para solucionar estas situaciones sin acudir al asesinato.
Tenemos muchas dudas ante la contratación del personal que laborara en las instalaciones, esperamos que este centro no se convierta en otra dependencia del municipio donde los contratos sean a dedo o por politiquería y no por la idoneidad para ocupar los cargos, también es importante sensibilizar a este personal ya que como empleados de un hospital público veterinario deberían tener amor, respeto y aprecio por sus pacientes, más siendo estos pobres animales seres que han padecido de mil maneras la crueldad de la calle.
Con la alta incidencia de casos que tiene Cartagena y sumando los casos que se presentan en los municipios es muy probable que la capacidad de albergue con la que cuenta el centro de bienestar animal, 400 animales, entre perros y gatos, se vea muy rápidamente copado, sentimos físico terror ante la idea de que 200 perros sean mantenidos en 10 jaulas de 4x5 metros, es decir 20 metros cuadrados para 20 perros, o sea 1 metro cuadrado por animal, esto les impedirá manifestar las pautas propias de su comportamiento y les hará sentir miedo y angustia, dos de las cinco libertades que la Ley 1774 reconoce.
La única garantía real que podremos tener los defensores de animales de que en ese lugar no habrá hacinamiento, desaparición, muerte ni tortura física ni emocional de los animales es que se establezca la veeduría animalista inclusiva, escogida por nosotros de forma democrática y autónoma.
Esperamos que nuestras dudas y sugerencias sean atendidas en una reunión con el gobernador con acompañamiento de la Procuraduría y de la Defensoría del Pueblo.
Firman:
La ODDC (Organización para la defensa de los derechos de los ciudadanos).
Ingrid Hernández de Soto, directora de la Fundación Rescate de Animales Desamparados, médica veterinaria zootecnista, con 30 años de experiencia como directora de un albergue con 500 animales de población constante.
Jannah Zuluaga Amín, directora Fundación Aldea.
Nubia Sabalza Baena.
Angélica Flórez Hernández.
Adalgiza Pérez.
Horacio Batista Ruíz.
Iris Torres Martínez.
Ivonne Armenteros.
Jhony Puente Doria, coordinador Frente Amplio de Masas.
Juan Manuel Galeano Herrera.
Laura Alejandra Durán.
Mildred Márquez Martínez, periodista.
Nuris del Carmen Herrera Cordero.
Augusto Cesar Duran Sierra.
Omar Mateus.
Alejandro Santander, líder social veeduría Vision Vital.
Alcides Arrieta, abogado y líder social.
Vivian Milena Rodríguez, enfermera.
Cecilia Herrera Cordero, abogada.
Christian Howard Hooker, líder social.
Edgar Garcés Llamas, fotógrafo.
Gabriel de Jesús Obando Lobo, sindicalista, expresidente USO.
Fidian García, Capita No Más.
Germán Viana Guerrero.
Giselle Paola Socarras de la Hoz.
Ariana Ricaurte Puerta.
Miguel García Navarro, director del Albergue de Perros y gatos San Francisco de Asís.
Rafael Castillo Vasquez, periodista.
María Bernarda Castellar Castellar.
Danelly Arias Navia.
Álvaro Gueto Barboza, periodista.
Ángel Barreto, líder social.
Gladyz Blanquiceth, animalista.
Esperanza Soto Contreras, animalista.
Edwin Lambis Maturana.
Vanessa Olivera.
Marcela Martínez.
Sara R de Contreras.
Rafael Escallón, defensor de derechos y presidente de fundación Roztro.
Eva Durán.