Después de Antioquia, el principal fortín electoral de Carlos Trujillo en la pasada contienda legislativa fue La Guajira. Logró una abultada votación de más de 20 mil sufragios, algo inusual para un político paisa en la lejana península. Fue tal el fenómeno electoral que terminó siendo el senador más votado después de Alfredo De Luque, el líder natural que venía de ser representante a la Cámara por el Partido de la U y uno de los favorecidos por el presidente Santos, quien le nombró a su alfil Nemesio Rois en el Departamento de Prosperidad Social, desde donde se catapultó para la Gobernación, aunque a los dos años la Corte Constitucional lo destituyó por doble militancia.
El logro de Trujillo se debió a sus aliados conservadores locales como el Representante a la Cámara, Juan Loreto Gómez; el exalcalde de Uribia, Bonifacio Henríquez y Jaime Lacouture, un político curtido, quien fue una de las puertas de entrada a La Guajira.
Lacouture, quien es oriundo de Villanueva, como militante del Partido Conservador ha conseguido cargos públicos de relevancia nacional comenzando por la dirección del Fondo de Pasivo de Ferrocarriles Nacionales de Colombia, a donde llegó a comienzos de la década pasada cuando era cercano al exsenador condenado Bernardo “El Ñoño” Elías. De ahí dio el salto al Consejo Nacional Electoral (CNE) en 2018, lo cual terminó siendo un premio de consolación después de haberse quemado en las legislativas de ese mismo año.
La contraprestación del senador Trujillo con su alfil guajiro fue generosa. En un momento en el que acumuló mucho poder por éxito electoral, pero también por haber sido uno de los primeros aliados del presidente Petro, que le dio para poner como de ministro de Transporte a Guillermo Reyes. El senador conservador movió las cuerdas para colocar a Jaime Lacouture en un influyente cargo: la Secretaría General de la Cámara de Representantes. Este 20 de julio aseguró dos años más.
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Con tal entramado político en La Guajira, el nombre del senador Trujillo no podía ser ajeno al escándalo de los carrotanques y la UNGRD, cuyo epicentro fue precisamente el municipio de Uribia, donde reinaba su aliado Bonifacio Henríquez y desde donde organizó su campaña el senador paisa, uno de los que tendría que responder ante la justicia.
En el Senado también hubo repitente
Las cosas no fueron muy diferentes para Gregorio Eljach, quien lleva atornillado en la Secretaría General del Senado doce años, un cargo que puede convertirse en el trampolín que necesita en su aspiración de ser Procurador General. Si sus cálculos no le fallan y logra ser ternado por la Corte Suprema de Justicia sus posibilidades de lograr los votos en el senado son muy altas por sus años de permanencia allí haciendo favores.