En los últimos meses han salido a la luz numerosos casos de extranjeros, principalmente de Estados Unidos, que han llegado a Medellín con el único objetivo de practicar lo que se conoce como el turismo sexual con menores de edad, algo que lastimosamente está muy extendido en la capital de Antioquia. Esto ha puesto a las autoridades y particularmente al alcalde Federico Gutiérrez en la obligación de tomar medidas para tratar de acabar con este problema, entre las que se cuentan el cierre de hoteles, la suspensión de la prostitución en algunas zonas de la ciudad e incluso se ha puesto sobre la mesa restringir plataformas como Airbnb.
Una práctica común que utilizan los depredadores es la de contactar a las menores a través de redes sociales como Facebook y vía mensajes de texto ofrecerles dinero para mantener relaciones sexuales, después de lo cual se agenda una cita para viajar a Colombia y cometer el delito. Eso es lo que hacía, por ejemplo, el estadounidense Thomas Michael Renno, quien ofreciendo 100 dólares llevó a cabo esa estrategia hasta en siete ocasiones diferentes entre 2017 y 2018 con cinco víctimas identificadas de entre 13 y 17 años.
Fue en septiembre de 2018 cuando la Fiscalía General de la Nación le comenzó a poner la lupa después de recibir reportes de un computador en el que se estaban ofreciendo servicios sexuales con menores. Particularmente se identificaron tres perfiles con los nombres Tom Renno, Tom Rene y Tom Reinolds, por lo que no fue muy difícil llegar a la conclusión de que eran de él y apenas cinco meses después, en marzo de 2019, fue capturado en el Aeropuerto José María Córdova cuando muy seguramente se disponía a volver a delinquir.
#ATENCIÓN En tiempo récord, #Fiscalía, con apoyo de @PoliciaColombia y Gobierno #EEUU, develó aberrante caso de explotación sexual infantil en #Medellín. Fue capturado y enviado a la cárcel el ciudadano estadounidense Thomas Michael Renno pic.twitter.com/MDJHFfAsHl
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) March 31, 2019
Tras esto tuvieron que pasar cinco años, pero, finalmente, un juez penal de conocimiento decidió condenarlo a 30 años de prisión, un castigo ejemplar teniendo en cuenta de que se trata del más alto que ha recibido en Colombia un depredador sexual de su tipo y que tiene 72 años de edad, por lo que muy seguramente pasará el resto de su vida en la cárcel.
Específicamente se le acusó de los delitos de explotación sexual comercial de persona menor de 18 años agravado, y utilización o facilitación de medios de comunicación para ofrecer actividades sexuales agravadas en concurso homogéneo y sucesivo. En su momento se hablaba de que ese podía ser el primer paso para desenmarañar una red de explotación sexual de menores en Medellín, pero no fue así.
Así como a él lo capturaron y lo condenaron, muchos otros se terminan saliendo con la suya
El desenlace de este caso fue totalmente opuesto al del también estadounidense Timothy Alan Livinsgton, quien fue encontrado en abril de este año con dos menores de edad en un hotel de Medellín y quien, tras no ser procesado, se pudo volar y regresar a su país de origen. Por su parte, otro gringo encontrado en circunstancias similares, Stefan Andrés Correa, fue capturado y espera su condena.
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