Afirmaba sabiamente Will Rogers “La publicidad es el arte de convencer a la gente para que gaste el dinero que no tiene en cosas que no necesita”. Los productos de consumo que ofrece la industria tienen una competencia salvaje, por lo cual deben recurrir a estrategias publicitarias y de fuerte mercadeo. Ante ello la creatividad para ganar adeptos se basa más en la manipulación de las mentes con verdades a medias, opacando una realidad que tendría serias consecuencias.
Esto ocurre principalmente con productos ultraprocesados, lo cual de hecho los convierte en nocivos para la salud humana. Los ultraprocesados en realidad no son alimentos legítimos, son comestibles industriales, por lo cual no pueden considerarse saludables, todo lo que se diga en ese sentido es una falacia. Por ello las grandes marcas tratan de recurrir a imágenes o símbolos que den apariencia atractiva para tener más consumidores, en últimas verdaderos incautos. Un marketing efectivo es capaz de vender una hamburguesa pequeña, como una hamburguesa grande y apetitosa.
Uno de los mejores ejemplos de acontecer reciente, es la cadena de sándwiches “Subway” que fue por años simbolizada por un personaje que se mostraba como ejemplo de reducción de peso e imagen saludable. El consorcio de comidas rápidas lo integra a su equipo en el 2000 para que testifique públicamente que su obesidad fue curada a punta de comer bocadillos “Subway”, al perder 110 Kg. Su nombre, Jared Fogle con gran capacidad de comunicación, que nadie sospecharía lo que había detrás de él.
La publicidad era muy costosa y poderosa, mostraban a Fogle con una imagen presentable (no era muy delgado) con un estribillo de su supuesto éxito en "quema de grasa", mostrando repetidamente un pantalón de enorme talla, que llenaba su antigua anatomía obesa. Nadie medianamente sensato iba a creer que, comiendo emparedados llenos de embutidos ricos en grasas saturadas, adobados de dulces salsas artificiosas, en medio de una generosa porción de pan almidonado, harían el milagro de quemar muchos kilos de grasa (así se acompañen de ensaladas frescas). Un verdadero absurdo.
Pero Subway, sin escrúpulos, lo vendió como su imagen creando un libreto conveniente. De forma contradictoria impartían conferencias sobre vida saludable a públicos de niños y jóvenes. Totalmente incoherente que una empresa de comidas rápidas y ultraprocesadas, diera consejos de estilo de vida sobre todo en sectores vulnerables. Lo primero que debía advertir era el cuidado a tener al consumir este tipo de productos generosos en embutidos y carnes preservadas artificialmente.
La de Subway y Jared Fogle fue una próspera y lucrativa relación durante años, fue uno de los mejores embajadores de la marca, viajando por todo el mundo. Su fama creció. Se le pidió que sirviera como gran mariscal en las carreras de NASCAR, y ayudó a transportar la antorcha olímpica a través de Indiana antes de los Juegos de Salt Lake City. Lanzó la moneda antes de la Fiesta Bowl del 2003. En el 2006, el mismo año en que inició Jared Foundation, escribió un libro de memorias titulado "Jared, the Subway Guy: Winning Through Losing: 13 Lessons for Turning Your Life Around".
Ante la enorme fama y popularidad de Fogle, convertido en una verdadera celebridad, nadie imaginaría que tenía un lado oscuro y siniestro. Su vida cambió en 2006, cuando dio una entrevista en un programa de radio en Florida con la presentadora Rochelle Herman-Walrond. La periodista declaró sentirse incómoda por el comportamiento "coqueto" de Fogle, pero fue un comentario sobre su atracción hacia chicas de secundaria lo que hizo saltar alarmas.
Aprovechando su amistad con Fogle, Rochelle grabó sus conversaciones con el objetivo de obtener evidencia. Lo hizo a lo largo de 4 años, conversaciones en las que Fogle hizo comentarios inapropiados, incluyendo referencias a su atracción por niños y preguntas inquietantes sobre permitirle ver a sus propios hijos desnudos. Con grabaciones en mano, Rochelle acudió al FBI. Sin embargo, debido a que las grabaciones se realizaron sin el consentimiento de Fogle, no pudieron ser utilizadas.
Paralelamente a estos eventos, Russel Taylor, director de la fundación de Jared, estaba siendo investigado por tener cámaras de video en las habitaciones de sus hijastras. Durante el allanamiento, se encontraron alrededor de 500 imágenes explícitas de las menores y sus amigas, lo que llevó a su arresto en 2015. Taylor fue condenado a 27 años de prisión
Fue gracias a este arresto que se pudo establecer una conexión entre Taylor y Jared Fogle en relación al intercambio y posesión de material de abuso sexual de menores (CSAM). En julio de 2015, Fogle fue arrestado por su participación en este delito y por posesión de CSAM. En diciembre de 2015, Jared Fogle se declaró culpable de los cargos en su contra. Fue condenado a 15 años y 8 meses de prisión, además de ser ordenado a pagar 14 mil dólares por daños a cada una de las víctimas. Fogle estaba involucrado en "turismo sexual" y las grabaciones realizadas por Rochelle Herman-Walrond también revelaban sus encuentros con menores en Tailandia y otros países.
Mientras tanto la imagen de la cadena “Subway” quedó por el piso. Sus productos, desde la óptica de la nutrición saludable y la salud pública quedan al desnudo, continuando como una tienda más de comestibles ultraprocesados cuestionables. La falacia creada a través de un supuesto “arquetipo” saludable, mostró al final una cara oculta, que tarde o temprano quedaría en evidencia.
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