No me queda claro si lo del Gran Colombiano fue un concurso o un reality, pero sí es claro que fue un éxito de mercadeo impresionante. Aprovechando la coyuntura, montaremos otro reality; esta vez para escoger al “Gran ECOlombiano”.
Como las ciudades generan casi tres cuartas partes de las emisiones de CO2 en el planeta, el proyecto debe tener un enfoque urbano. Igual, nadie iba a votar por verdaderos héroes de la ciencia en nuestras selvas, como Ángela Maldonado ó Fernando Trujillo, y mucho menos por innovadores de la sostenibilidad en nuestras provincias como Paolo Lugari ó la gente de AmiChocó.
Para que nuestro concurso venda bastante tenemos que incluir a esos personajes que saben conseguir voticos; nuestros políticos. Que bueno incluir en la votación varios caciques de esos que mueven los corazones de la gente; políticos de esos que logran grandes titulares y chuzan consejos de redacción, para luego pedir la cabeza de valientes directores de noticieros regionales.
Evitaremos el nefasto problema de diseño que identificó —expost— uno de los miembros del panel del concurso de The History Channel: “mezclar vivos con muertos”. En nuestro reality le daremos la oportunidad de concursar sólo a los que siguen “vigentes”; no vaya a ser que después gane un inmenso personaje histórico de la talla del sabio Caldas, y perdamos todo este esfuerzo de mercadeo.
Esta será una gran oportunidad para generar debate sobre importantes proyectos que promueven la sostenibilidad urbana. Aquí me propusieron una serie de especiales en televisión nacional, con urbanistas contándonos sobre el Corredor Verde en Cali, sobre el Parque Vial del Río en Medellín, sobre el futuro de esas ciudades que todavía están a tiempo de trazar un futuro sostenible sin depender del carro, tipo Quibdó y Popayán. Pero mi respuesta fue un no rotundo; yo sé que eso no vende.
Además, a nadie le cabe en la cabeza que la promoción de un sistema de transporte colectivo moderno, tenga gran potencial ambiental. Al votante promedio no le gusta que le digan que vivir cerca de su trabajo y en espacios más pequeños sea clave para reducir su huella de carbono. Lo que es peor, a los poderes empresariales no les gusta que se haga mención sobre la necesidad de bajar a la gente de la moto ó el carro para montarla a la bicicleta.
Para despertar pasiones en Facebook, tenemos que promover los nombres de políticos visionarios. Aquellos relacionados con túneles que rompen montañas para sobreexpandir las ciudades, con puentes atirantados cerrados a la movilidad en bicicleta. Uno de mis candidatos favoritos, por ejemplo, sería aquel exalcalde que logró darle sepultura a un exitoso sistema de transporte masivo, que había sido premiado por el mundo entero. ¡Qué gran ECOvisión!; garantizar el fracaso del BRT para que quien lo proponga, jamás pueda volver a ganar una elección.
Una protesta sobre este tema me agarró en Envigado hace diez días. Quienes construyen el nuevo BRT en la zona, decidieron no quitarle un carril a los adictos al carro, sino más bien tumbar un hermoso ‘túnel verde’. El desastre fue tremendo: algunos abrazábamos árboles mientras el Esmad nos filmaba; otros cubrían las raíces de los árboles históricos con botellas de plástico y empaques de chitos. Pero lo mejor fue la protesta ecológica que se inventaron unos amigos míos: iban pasando en su carro a toda velocidad, ventanas abajo para exhibir su cartel de protesta, y pitaban permanentemente para ayudar a tranquilizar la situación. Hacían ‘la U’ al final del tramo, y luego se devolvían en contravía. Genial, ¿no?
Con el fin de asegurar la diversidad, también queremos que participen muchas mujeres. Me dicen que una buena candidata podría ser la Viceministra de Minas, quien en reciente entrevista con la revista Semana dijo: “aunque no parezca, la reserva minera de la Amazonía es un mecanismo para cuidar el medio ambiente”. No sé, puede tener razón, si convertimos la minería en un ejercicio de promoción del desarrollo sostenible, entonces quizá sea menos necesario pelear contra la minería, y más fácil promover el desarrollo sostenible, ¿no? ¡Otra gran ECOvisión!
Yo, por ejemplo, le apuesto a la Ministra de Transporte. No solo porque ella tenga el poder para promover proyectos de movilidad sostenible por todo el país, sino porque manda fotos por Twitter de cuanta obra inaugura. Eso quiere decir que muy pronto empezará a mandar las fotos de proyectos distintos a grandes broches viales, deprimidos y elevados. Yo le tengo fe.
Además, como siempre lo he dicho, este país solo empieza a cambiar cuando tengamos mucha más energía femenina en posiciones de poder. Eso ya lo empieza a entender nuestro gobierno, así los opositores digan que es solo por cumplir la Ley de Cuotas.
Gane el que gane, ya aunque sea tenemos listo nuestro comunicado final. Será un artículo en el cual rechazaremos al ganador seleccionado.