Yo soy Juan Esteban Patiño Correa, nací en Medellín el 23 de febrero de 1993. Desde pequeño me encanta el arte sobre todo los retratos Salvador Dalí, el arte antiguo de Da Vinci, el arte contemporáneo de Picasso y el arte pop de Andy Warhol. A los 8 años me empezó a llamar la atención el arte callejero es decir el grafiti y desde ese momento comenzó mi vida de pinceles y aerosoles
Mis padres nacieron y crecieron en Medellín. Mi mamá, Adriana Patricia Correa, es psicóloga profesional y aunque siempre me dice “Mijo deje rayar muros”, me compra los aerosoles para que siga pintando; ella es la inspiración de casi todas mi obras. Mi padre Iván Darío Álvarez es un ex empresario que trabajó haciendo estampaciones y por eso mi mamá dice que de él saqué el gusto por el arte. Por otro lado, mi hermana Leidy Jhoana es administradora de empresas y es un apoyo incondicional en lo que hago.
En el 2005 nos desplazamos de Medellín a Quibdó porque no había trabajo y por la guerra entre barrios que afectaba el mío, el Morabia. Vivimos dos años en Quibdó hasta diciembre de 2006 que llegamos Bellavista, Bojayá. Allí comenzó una nueva travesía con mi arte demostrándole mi talento al municipio. Primero participé en un concursos de carteleras y terminé siendo el mejor dibujante del colegio entonces reuní pequeños grupos de niños para enseñarles sobre el arte callejero y a hacer con ellos murales de todos los estilos, formas y colores. A veces tengo que dejar de hacerlo por las críticas de las personas de la comunidad que dicen que el grafiti es un acto de vandalismo.
Cada vez que hago un grafiti me siento tranquilo porque me libero de la rutina y me quita la tristeza, depresión y rabia que a veces siento por las mentiras. Desde que llegué a Bellavista nunca he tenido encuentros ni con la guerrilla, ni con los paramilitares entonces mi arte nunca se ha visto cohibido por ellos.
Me gusta el grafiti porque gracias a el puedo pintar las creaciones de Dios y la belleza de la mujer. Hoy quiero seguir rayando y rayando muros…