El Presidente Donald Trump, sometido a juicio político –impeachment- por el Congreso norteamericano por presuntas manipulaciones dirigidas a mantenerse en el poder, nunca ha disimulado su repulsión a Jeff Bezos, el magnate de Amazon. Una pelea que cazó desde cuando Besos adquirió el Washington Post en 2013, no solo le mantuvo su línea editorial independiente sino que fue en campaña y sigue siendo un duro crítico del gobierno de Donald Trump.
Esta circunstancia puede explicar bastante del porqué el Pentágono no le otorgó a Amazon el contrato JEDI (Joint Enterprise Defense Infrastructure) para la modernización tecnológica de la entidad cuyo valor asciende a los USD 10 mil millones. Desde que se convocó hace dos años, JEDI se había convertido en uno de los contratos más apetecidos para las empresas tecnológicas del mundo. Aunque en la competencia participaron Oracle, IBM, Google, Amazon y Microsoft, Amazon era para todos, el firme ganador, principalmente por ser más grande que todos los demás, y ser la única compañía que actualmente puede cifrar datos al nivel de "alto secreto" que requiere el Pentágono y tenía además un acuerdo previo de USD 600 millones con la CIA.
Con un presupuesto estimado de US$ 10.000 millones, el contrato esta destinado a modernizar la tecnología del Pentago, una necesidad urgente, dado que gran parte del ejército opera en sistemas informáticos de los años 80 y 90, y el Departamento de Defensa ha gastado miles de millones de dólares tratando de hacer que se comuniquen entre sí.
Pronto Google decidió no hacer oferta y se retiró de la puja por el contrato, JEDI, alegando que iba en contra de sus valores corporativos. Meses antes sus empleados protestaron en masa por la participación de la compañía en el Proyecto Maven, un esfuerzo para construir inteligencia artificial para que el Departamento de Defensa analice las imágenes de video de drones, que podrían usarse para ataques de drones. En abril, más de 4,000 empleados de Google firmaron una petición exigiendo que la compañía descontinuara el Proyecto Maven y prometieran nunca "construir tecnología de guerra". Algunos empleados incluso se retiraron de la empresa en la protesta.
Aunque nadie duda que Microsoft podrá hacer el gran trabajo necesario para cumplir con los términos del contrato, es bastante evidente que la sombra de la política rondó la adjudicación del contrato. Según los informes, Trump quería que el acuerdo se derrumbara y se dice que ordenó al ex secretario de Defensa James Mattis "sacar a Amazon" del contrato. Trump puso en duda el proceso en el último momento, advirtiendo que las grandes compañías se habían quejado al respecto. Sus palabras fueron interpretadas como un ataque a Amazon, ya que nombró a Oracle, IBM y Microsoft, los otros tres postores, como los denunciantes.
El proceso no estuvo excento de conflictos, Oracle, que tiene una asociación de interoperabilidad en la nube con Microsoft, realizó varios intentos por descarrilar el proceso con una serie de protestas y desafíos legales contra Amazon, que logró hacer más lento el proceso, con varias rondas de licitación, tiempo que le permitió a Microsoft reacomodarse mejor a los pliegos.
Los intentos de Trump de intervenir personalmente en el proceso de adjudicación de JEDI le han dado las municiones a Bezos para que presentará a mediados de noviembre un caso legal contra la decisión ante la Corte Federal, alegando que la administración de EE.UU. tuvo un sesgo inconfundible en su proceso de selección.
Por cuenta de este contrato y de otros factores como el divorcio de su esposa MacKenzie Bezos, el dueño de Amazon dejó de presidir el ranking de los más ricos del mundo. La acción de Microsoft subió 4 % y la de Amazon perdió aproximadamente 2 % inmediatamente después de la adjudicación del contrato del Pentágono para el desarrollo de la nube digital del sistema defensivo de EE.UU.
