Cuando Samuel Duque comenzó como en los años 80 como gerente de la RCN televisión nunca pensó que empezar su propia aventura como productor de televisión lo colocaría en las grandes ligas de ligas. Telecolombia, la productora que fundó junto a Bernardo Romero Pereira en 1997, forma ahora parte de la familia Disney. Cada vez que piensa en un producto debe pensar en pensar en tres formatos: Tv Paga, Tv Gratuita y Streaming. A su lado está su hijo, Samuel Duque jr, quien ha heredado ese sexto sentido que debe tener un buen productor para saber qué quiere ver la gente.
Desde comienzos en la televisión, se recuerda como un gran apostador. Así fue cuando le dio vía libre al genial Carlos Mayolo para hacer en 1989 la inolvidable y revolucionaria Azúcar. Además él fue quien descubrió el talento de Fernando Gaitán cuando se consagró con Café con aroma de mujer. En el 97 se retiró de RCN y puso su propia casa productora quien lanzó éxitos indiscutibles como Pandillas guerra y paz, del libretista y actual senador Gustavo Bolívar, ya le vendía en el 2003 sus productos a 21 países alrededor del mundo. Fue tan exitoso el emprendimiento que en el 2007 Fox International Channel le compró el 51% de las acciones de Telecolombia sin que los dos Samuel Duque, papá e hijo, perdieran mando. Ellos respaldaron series que marcaron a millones de adolescentes en toda Latinoamérica, la argentina Cumbia Ninja, Lynch que se vio en Fox Estados Unidos y El Capo.
En su constante metamorfosis su empresa ha dejado de ser una casa productora para ser, desde marzo del 2019, parte del gigante Disney y en asociación con Sony Pictures, un estudio de televisión que piensa competirle de tú a tú a Netflix y HBO. Además no abandonan su aventura latinoamericana. Desde el 2017 crearon una subdivisión llamada Estudios Teleméxico cuyo contenido es vendido a Televisa. Los Duque no son los únicos colombianos que andan tras la conquista de la televisión mundial.
El caso de Pacho Muñoz, otro pequeño productor colombiano tiene elementos en común. Cuando tenía 22 años, vendió todo lo que tenía y con $ 5 millones arrancó en 1978 sus quijotadas: empezar a producir televisión a color. Sus amigos le pronosticaron un fracaso absoluto. Pero el la tenía clara. Estados Unidos había dejado atrás el blanco y negro en 1967 y en Latinoamérica solo Argentina, Brasil y México habían abordado el avance tecnológico. Inravisión y las productoras asociadas a ella no podían estar menos preparada para este paso. Muñoz confiaba en su olfato.
La vida de Francisco Muñoz no podría estar más ligada a la televisión, a las imágenes en movimiento. En vez de estar jugando con soldaditos de plomo o camiones de hierro, se hizo muy amigo de su vecino, Guillermo Isaza Isaza, quien fue el primer hombre en revelar películas en Colombia y realizó el documental Guatavita, milagro de una civilización, que fue el primer documental grabado a color en el país.
Y nunca perdió su foco. Y llegó el año 1954 y el dictador Gustavo Rojas Pinilla al poder. Estaba tan obsesionado por el cine que financió una película sobre su vida en donde él mismo era su propia protagonista. Sabía el efecto que causaba en las masas y por eso se empeñó en traer un invento que recién despuntaba en Estados Unidos. El 1 de mayo de 1954 se hizo la primera transmisión desde Bogotá.
Desde que tiene uso de razón su vida fue la televisión ya fuera como asistente de dirección, camarógrafo o periodista. En 1977 tenía su propia productora pero lo vendió todo para meterse de lleno en el embeleco de la televisión a color y no se equivocó. Tres años después creó Televideo e hipnotizó a la audiencia con Noticolor, el primer noticiero nacional que dejaba atrás la televisión en blanco y negro.
Su sed de innovar no se detenía, por eso en 1985 se quedó con el contrato de Teleantioquia y el 10 de agosto de ese año salió al aire el primero de los canales regionales. La llegada del Papa Juan Pablo II en 1986, meses después de que una avalancha de barro y piedras arrasara con Armero y sus 26 mil habitantes, terminó de consolidar aún más a Pacho Muñoz. Televideo transmitió detalle por detalle y vía microondas las andanzas de Juan Pablo II por Bogotá, Popayán, Cali, Pereira, Medellín, Chiquinquirá, Tumaco, Cartagena y Barranquilla.
Cuarenta años después del nacimiento de Televideo, quien entre sus haberes contaba con un valioso activo: más valioso el contrato para transmitir todo el fútbol colombiano. Los primeros en ponerles el ojo fueron los Ardila para transmitirlo en Win y paso siguiente logró venderle el 51% de su productora Televideo al gigante español Mediapro. Conservó la dirección hasta finales de agosto de este año cuando realizó la operación definitiva de vender la totalidad de Televideo. Las riendas en esta etapa las tomó Mauricio Correa quien se adelantó a hacer un nuevo negocio que es lograr los derechos del VAR para los partidos del campeonato colombiano. Fue así como el pequeño emprendimiento de Pacho Muñoz terminó siendo la semilla colombiana de la mega productora de origen español ahora controlada por capital chino.
