Por aquellos días, iniciando el 2020, Linda Caicedo creyó que el molesto dolor de estómago que estaba sintiendo era el estrés y la preocupación generadas por su salida del América de Cali. Cientos de hinchas del equipo rojo la estaban masacrando en redes sociales. Hasta amenazas de muerte le llegaron por esta vía. Linda Caicedo era la estrella del equipo de fútbol femenino del América, que con sus goles quedó campeón finalizando el 2019 y los seguidores americanos no le perdonaban lo que ellos veían como traición.
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Mientras los ataques virtuales se iban haciendo más pesados, el dolor abdominal también aumentaba. Con la llegada de la pandemia causada por el virus de origen chino, las competencias de la Liga de fútbol se cancelaron al igual que los entrenamientos. Las citas médicas sin urgencia de por medio también se suspendieron.
Uno de los primeros en enterarse sobre los malestares de Linda fue el médico del Deportivo Cali, Javier Mosquera. En principio, todos creyeron que aquellos dolores se debían a un virus sencillo de eliminar del cuerpo. Las pastillas que tomó para quitar las molestias no tuvieron ningún efecto. Las citas con el doctor del equipo fueron virtuales hasta que él notó que no era normal que la molestia fuera persistente. Nadie se imaginó que la niña de 15 años tuviera cáncer de ovario.
La insistencia del doctor Mosquera ante la EPS para que a Linda le tomaran una imagen abdominal, arrojó la triste noticia. El dictamen, entregado en los primeros días de abril de 2020, decía que la recién contratada estrella del Cali padecía teratoma inmaduro, un cáncer que ataca los ovarios de adolescentes. La masa encontrada ya era grande.
Corrieron contra el reloj. Linda Caicedo fue operada en la Clínica Valle de Lili el 15 abril. A finales de ese mismo mes empezó las quimioterapias. A pesar de su corta edad, Linda nunca decayó. Su fortaleza fue impresionante. Así lo recuerda Mauricio Caicedo, su papá, aficionado al fútbol, quien desde que su hija tenía cinco años, apoyó su idea de correr detrás de un balón, allá en Villagorgona, el pequeño y humilde corregimiento del municipio de Candelaria, en el Valle del Cauca, donde nació Linda Caicedo y vivía su familia.
“Yo me derrumbé más que ella”, confesó Mauricio Caicedo, quien lloró en silencio y a escondidas varias veces, mientras imploraba a Dios y al cielo que le sanara a su pequeña. Cuando estaba a su lado era igual de roble a lo que demostró ser la naciente estrella de fútbol.
La enfermedad de Linda fue un secreto guardado entre pocas personas. Aparte del médico del Cali, algunos Directivos del Equipo y su familia, sus tres grandes amigas, también futbolistas del equipo azucarero, Yoreli Carabalí, Kelly Ibargüen y Carolina Arias, recibieron la noticia y acompañaron a Linda en el proceso.
La Liga profesional se reactivó a finales de agosto. En septiembre, cinco meses después de la operación, el Cali retomó entrenamientos. Linda perdió el cabello. La pena no la dejaba salir mucho de casa. Necesitó el empuje de sus tres mejores amigas y familiares para recobrar la confianza que el cáncer le había quitado.
Llegó a los entrenamientos con una peluca de cabellos oscuros y lacios y así, con peluca y baja de peso, jugó los partidos de ese año que empezaron el 20 de octubre. No jugó muy bien esa temporada. Estaba débil. Aunque la recuperación le quitó potencia, un mes más tarde, hizo su primer gol con la camiseta verde, le marcó al rival de patio, al América. En los siguientes días le marcó dos a Millonarios.
En 2022 llegó el desquite personal y futbolístico de Linda Caicedo tras noches en vela, lágrimas derramadas y cadenas de oración familiares, el cáncer se fue. Linda recuperó el cabello, la seguridad y la fuerza.
Las jovencitas del Cali terminaron 2022 como campeonas de la Liga. Linda marcó cinco goles en el año. En el partido final la cambiaron antes de que se acabara el juego. Cuando salió de la cancha, con el partido ya a su favor, con la seguridad de que saldría campeona, se levantó un poco la camiseta y señaló una venda que tenía puesta en el abdomen. Bajo la venda estaba la herida de aquella operación. La sonrisa y apuntar su dedo a aquel vendaje blanco fue la señal que le dio al mundo para decir que le había metido un golazo al cáncer.
La siguiente parte de la historia ya la conocen todos. Fue la estrella del Mundial Femenino Sub-17 que se jugó en la India. Fue la capitana del equipo. Anotó 9 goles. Se llevó el Balón de Plata y el botín de bronce. El pasado 24 de febrero, a sus 18 años recién cumplidos, fue fichada por el Real Madrid de España y ya marcó un gol. Y ya, totalmente curada, seguro tendrá más victorias.
