“Recuerdo un partido en el que mi papá me llevó al estadio Pascual Guerrero a ver a un América de Cali contra el River Plate de Argentina y me insistió en que con los cuatro goles marcados por los diablos rojos servirían para sumarme a la hinchada roja, pero lo dije que no: que mi sangre era verde”, dice con orgullo vallecaucano Gonzalo Polo Rodríguez, a quien se le nota a leguas su amor por ese hijo que hizo estallar los aplausos en la cancha Marte 1 de Medellín por la magia de sus jugadas.
El niño nació el 18 de noviembre del 2010 en la clínica SaludCoop de la capital del Valle del Cauca y vino a este Festival de Festivales que se juega en esta ciudad luego de haber pasado por una cantidad de partidos que lo pusieron en la mira de muchos de quienes ven en estos pequeños la renovación del fútbol colombiano. El pequeño Dylan, así se llama el personaje, juega en el extremo izquierdo de la cancha y cuando asume la responsabilidad de conducir el balón hay que verlo por su destreza y seriedad.
El padre sabe que su pequeña estatura puede ser una desventaja, pero al igual que a otros deportistas le toca aplicarle una hormona para el crecimiento y de hecho le ha favorecido pues del metro 29 centímetros que medía antes de la medicina, hoy marca metro y 37 centímetros.
Para verlo jugar en este Festival de Festivales vinieron más de 20 personas de la capital del Valle, todos ellos llenos de la esperanza de ver al equipo del Deportivo Cali en las finales, pero esta vez tampoco se dio porque luego de empatar con el equipo de Villa de la Candelaria de Medellín se fueron a los cobros de los doce pasos y ocurrió que no contaron con la buena suerte de cobrar el último, tal como sucedió el año pasado.
A pesar de todo, el mensaje que le da el padre a su hijo es que busca que ese talento innato le ayude en su afán de ser el mejor de los jugadores, que gracias al club Deportivo Cali puede llegar lejos y que sabe que los consejos de Mayer Candelo, entre otros quienes lo han visto jugar, pueden pulirlo como un verdadero diamante para este deporte.
“Si usted sigue así, será el mejor de Colombia” fue la frase que se le quedó grabada a quien sabe que ser del Deportivo Cali es un honor que cuesta. Y mucho.