La presencia del gobierno de Gustavo Petro en Dubái, con una nutrida delegación en la COP28, que es la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, demuestra no solo el carácter burocrático del ejecutivo al amparo de los impuestos de los contribuyentes colombianos, sino que además se le agrega el desconocimiento histórico que tuvo el presidente en su discurso que pronunció en dicho evento, en donde hizo mención a Hitler y a lo que actualmente sucede en la Franja de Gaza entre el grupo terrorista Hamás y el estado de Israel; subrayando que gracias al partido comunista alemán, el Fuhrer llegó al poder en 1933, debido a que ese partido comunista siguiendo las orientaciones de Stalin, consideraba más revolucionarios a los nazis que a los socialdemócratas, por eso las palabras del ministro de publicidad del Tercer Reich, Joseph Goebbels, que dijo: “el movimiento nacionalsocialista tiene un solo maestro: el marxismo”.
Aparte de las inexactitudes del presidente Petro frente al Hitler, al no estar enterado de la relación entre el nazismo y el marxismo; dentro de la COP28 no se puede ignorar, que el presidente de dicha conferencia es el sultán Al Jaber que es a la vez presidente de la petrolera Adnoc, o sea que el encuentro que se realiza del 30 de noviembre al 12 de diciembre, es dirigido por una persona que promueve desde su cargo la contaminación de la atmósfera con el CO2, lo que es absolutamente paradójico; de tal manera que la conferencia en Emiratos Árabes Unidos, responde más a una parafernalia política, antes que el deseo ferviente de combatir la contaminación por los gases de efecto invernadero que pueden llevar al planeta a una catástrofe ambiental.
Así que con la COP28 a lo único que podrá aspirar la humanidad, será a unos cuantos miles de millones de dólares para algunos gobiernos, puesto que los resultados significativos no se verán a mediano plazo; dado que la forma en que ha sido planificada y realizada dicha reunión, pareciera que responde más al exhibicionismo de los gobernantes, antes que el combate a los gases contaminantes que ponen en peligro la vida en la tierra.
Volviendo al presidente Gustavo Petro, que en su discurso en la Conferencia de la Asamblea Anual de las Naciones Unidas en el 2022, planteó vehemente la descarbonización y la lucha en contra de los gases de efecto invernadero, lo que indudablemente se quedó en la retórica, en vista de que todo lo que dijo en esa ocasión, esta desvirtuado con la reciente visita que le hizo Petro al dictador Nicolás Maduro, en donde se programa una alianza entre Ecopetrol y la estatal petrolera venezolana PDVSA, para explotar el petróleo pesado venezolano( que es más contaminante) y el gas de ese país, por ende parece que al gobierno de Colombiano no le sirve el petróleo que se explota en su territorio, sino el de Venezuela para ayudar política y económicamente a la dictadura del socialismo del siglo XXl, demostrándose sin atenuantes que el discurso ambientalista de Gustavo Petro es ficticio.
De manera que cuando el presidente de Colombia en la COP28, no solo se refiere al problema ambiental sin coherencia, sino también a Hitler y al nazismo, cabe recordar de acuerdo a los hechos históricos, que la alianza entre el comunismo y el nazismo en Alemania en las elecciones de 1932 fue la que determinó que Hitler llegará al poder posteriormente, siendo otro elemento de semejante contubernio entre nazismo y comunismo el pacto Ribbentrop… Molotov, firmado el 23 de agosto de 1939 entre la Unión Soviética y la Alemania nazi.
Con este tratado de no agresión entre Alemania y la URSS (firmado nueve días antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial) Stalin y Hitler se repartían Finlandia, Polonia, las repúblicas bálticas y parte de Europa oriental; en atención a lo cual, cuando un mandatario como el colombiano se quiera referir a Hitler y al nazismo debe primero conocer las afinidades entre el comunismo y el nazismo, pues la historia como madre y maestra no permite tergiversaciones, así se cuente con un aparato propagandístico muy exuberante.
La COP28 con la presencia de gobiernos como el colombiano de Gustavo Petro, cuyo país apenas representa el 0,4% del dióxido de carbono que va a la atmósfera, no tiene mucha relevancia y solo busca protagonismo para que su proyecto político de largo aliento tenga algún respaldo a nivel internacional, principalmente de los gobiernos hostiles a Norteamérica y Europa; siendo así, las naciones que más contaminan, como es el caso de China, India, EE. UU y algunas de Europa, son las llamadas a buscar soluciones efectivas, mientras que los países en donde se encuentra Colombia deben de colaborar de acuerdo a sus peculiaridades, sin buscar un protagonismo exagerado que no le corresponde, frente a una situación en donde hay que establecer responsabilidades con los principales actores y del mismo modo exigir soluciones.