En mayo de este año los 5 millones de usuarios de la EPS Sura, de propiedad de Suramericana, la gran aseguradora del Grupo Empresarial Antioqueño que estuvo sacudida por la toma hostil de Nutresa por parte de los Gilinki, quedaron atónitos. La reconocida EPS anunció un ‘desmote progresivo’, noticia que fue hecha pública por el médico cirujano Pablo Otero, gerente de la entidad y la presidenta de Suramericana, Juana Francisca Llano.
La decisión tomada por los seis pesos pesados que conformaban y aún siguen conformando la Junta Directiva de la EPS se dio en medio de la ola de intervenciones a EPS lideradas por el entonces superintendente de Salud, Luis Carlos Leal. Otras dos entidades, Salud Bolívar y Compensar, se le adelantaron también a la situación que obligó a prender las alarmas y pidieron formalmente autorización para el retiro voluntario argumentando que la crisis financiera era insostenible y que inevitablemente se iban a ver imposibilitados para atender a sus millones de afiliados. Siete meses después, en la víspera de finalizar el año, la Superintendencia de Salud negó las pretensiones de Sura para continuar con su plan.
En su momento los directivos de la EPS Sura, aseguraron que estaban dispuestos a negociar con el Gobierno, cosa que no pasó sino hasta mucho después y ya no con Luis Carlos Leal como Superintedente, sino con Giovanny Rubiano, cercano al ministro Luis Alfonso Jaramillo.
La solución que encontró la Superintendencia, lejos de dejar que se vayan del sistema de salud, fue organizar mesas técnicas con la EPS para establecer compromisos conjuntos que permitan tanto su sostenimiento como que se garantice la atención de sus usuarios, algo que no es menor, puesto que se trata de la tercera EPS más grande del país en número de afiliados con poco más de 5 millones, casi todos pertenecientes al régimen contributivo.
¿Seguirán el mismo camino con las otras dos EPS que pidieron salirse del sistema?
Cuando EPS Sura hizo pública su petición, ya la EPS de Compensar con casi 2 millones de afiliados había hecho lo mismo dos meses antes e incluso algunos días después, en junio, una más pequeña como Salud Bolívar, del Grupo Bolívar dueño, entre otras empresas, de Davivienda, les siguió los pasos. No obstante, la del GEA es la primera que recibe una respuesta, mientras que las otras dos se mantienen a la expectativa, aunque continúan prestando el servicio con ‘normalidad’. Se espera que en las próximas semanas la Superintendencia determine si las deja dar un paso al costado y que sus afiliados busquen una nueva EPS o, por el contrario, les exija quedarse y negociar con ellos.