En Nueva York, ante un nutrido auditorio de inversionistas el CEO de la estatal brasileña Petrobras, Juan Paul Prates, se atrevió a decir tajantemente que está dispuesto a ser el gran productor de hidrocarburos del mundo en el fin de la era de la transición. Sobre la mesa había un plan a cinco años con USD 120.000 millones para lo que lo que ha sido el corazón del negocio, la exploración y explotación de petróleo y gas en aguas profundas.
En una nueva ola de inversiones, Petrobras cruzará las fronteras hacia Europa, África Occidental y las Américas con una estrategia renovada frente a la que prevaleció en la administración de Jair Bolsonaro. Se abren así oportunidades para Colombia que ya tiene proyectos en marcha con la brasileña en las aguas del Caribe. O para nuevos, si la administración del presidente Gustavo Petro entreabre el negocio.
Petrobras es un conocido de 37 años en Colombia. En el 2014 marcó un hito porque realizó el primer descubrimiento de hidrocarburos off shore de la historia reciente. La acumulación de gas en el pozo Orca-1 fue el ¡Eureka! de los operadores del contrato E&E Tayrona.
Orca Norte 1 está ubicado a 39 kilómetros de distancia de la costa de Punta Gallinas en La Guajira, a 430 kilómetros de Barranquilla y con una profundidad del mar de 706 metros (2316 pies). Ecopetrol inició operaciones para la perforación del pozo delimitado a fines del año pasado, como parte de la estrategia de dar prioridad a los proyectos de gas que hacen parte del portafolio de la compañía para apalancar la transición energética en Colombia.
En julio de 2022 Petrobras celebró otra vez el hallazgo de una nueva acumulación de gas natural con la perforación del pozo exploratorio Uchuva-1, en aguas profundas del Caribe. El pozo está a 32 km de la costa y a 76 km de Santa Marta, la capital del Magdalena. Uchuva 1 fue perforado en el bloque Tayrona, en el que Petrobras es operador con una participación de 44,4 % y Ecopetrol tiene el restante 55,6 %.
Dos años antes, Petrobras había ofrecido en venta la participación del 44, 4 % después de desalentadores resultados de exploración de Orca-1. Pero en mayo del año pasado desechó el plan de venta y se quedó operando el proyecto del bloque Tayrona. Para Ecopetrol el descubrimiento fue bienvenido porque puso al Caribe como una de las principales fuentes de gas y abrió una nueva frontera en la zona cercana a Chuchupa-Ballenas, campos de gas hallados en los años 70 por Texaco (hoy Chevron) y que marcaron la historia de nuestras operaciones costa afuera por cuatro décadas.
La nueva idea es más ambiciosa, hacer de Colombia un exportador de gas licuado. Al unirse con empresas que tienen reservas en la región se daría pie para montar una planta para licuar ese gas natural y exportarlo. Shell y Occidental Petroleum podrían interesarse en un hub para enviar gas al exterior.
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Petrobras cambia de cara
Petrobras está entrando en una nueva etapa de la mano de presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Desde la vuelta al poder la compañía ha aumentado su presupuesto de capital quinquenal en 31 %, con casi tres cuartas partes dedicadas a exploración y producción. Con una capitalización bursátil de unos USD 110.000 millones, está buscando en el exterior oportunidades en petróleo, gas natural y energías renovables como eólicas marinas, junto con algunos de sus socios internacionales en Brasil, como la británica Shell y la noruega Equinor.
Durante diez años dejó de lado las operaciones fuera de casa y ahora quiere ir primordialmente a Noruega, el Reino Unido, los Países Bajos, África Occidental y sobre todo Guyana. "Tenemos que mantener el núcleo del negocio muy seguro. No vamos a hacer una transición alocada", le dijo Prates al Financial Times.
Juan Paul Prates es un hombre clave en esta etapa. Es quien está llevando la batuta, muy cercano a Lula, a punto que él lo designó en ese cargo antes de asumir la presidencia. Es un abogado de 54 años que entre 1990 y 2000 fue miembro del consejo legal de Petrobras International SA - Braspetro, la mayor consultora petrolera del país. Después se volcó a la política. Fue senador por el estado de Rio Grande do Norte por el Partido de los Trabajadores (PT).
Prates no solo tiene que lidiar ahora el aumento de precios de los combustibles, que de por sí es un tema especialmente sensible. También la lucha entre tres poderes por el manejo de los hidrocarburos. La pregunta frecuente entre los analistas es si Brasil quiere ser potencia ambiental o petroestado. En beneficio de la primera está la tarea de la ministra de Medio Ambiente Marina Silva que ha logrado éxitos notables contra la deforestación, el ministro de Hacienda Fernando Haddad, y sus bonos verdes para financiar la transición energética. En el otro lado, los grandes apostadores de la industria petrolera.
Para ellos está el plan en la margen ecuatorial impulsada por los enormes hallazgos de la vecina Guyana Es una zona marina de 2.200 kilómetros a lo largo de la costa norte de Brasil situada a 500 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas que hace lanzar gritos a los ambientalistas porque es una zona ecológicamente sensible. Cerca de USD 73.000 millones irán a exploración y producción para desarrollar un grupo de yacimientos marinos en la llamada región presalina que en junio del año pasado produjo el 70 % del total nacional.
Los nuevos desarrollos colocarían a país como el quinto productor mundial de petróleo, sostienen los expertos. Y Colombia tiene su lugar en este macroplan de Lula y el presidente de Petrobras Juan Paul Prates.
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