Desoyendo la recomendación de Juan Gossaín sobre la manía de los colombianos que gobiernan y escriben a caer en lugares comunes, el presidente Santos ha dicho que de ser necesario se reuniría con Timochenko. “Si es por la paz, sí”, fueron sus palabras.
A la luz del estado actual de las negociaciones de La Habana y el esperado anuncio de buscar la reelección, la frase del presidente antes que un lugar común, es una urgencia manifiesta. Un as bajo la manga. Es una cita anunciada, un escenario mediático necesario, sería matar dos pájaros con una sola foto. Los detalles y el enfoque estarían en manos de J.J. Rendón, de regreso como asesor, Ad honorem, del Palacio Nariño, quien definiría el color del traje y la corbata que más convengan tanto al presidente Santos como a Rodrigo Londoño Echeverri, pero en especial que impacte y transforme las dudas que aun tienen los colombianos, que convierta la paz y la reelección en algo creíble e irreversible.
Más que el encuentro mismo, la foto daría un renovado impulso al proceso de paz, sacaría las negociaciones de las ya monótonas imágenes de Iván Márquez y de Humberto de la Calle en La Habana y los reiterativos anuncios de ”todo va por buen camino”, al tiempo que el ministro de Defensa y el propio presidente manifiestan que dar de baja a Timochenko sigue siendo un objetivo militar de las fuerzas armadas, como lo recuerda el jefe guerrillero en su última carta. http://goo.gl/zDPkmj
La foto también serviría de ocasión para realizar el anuncio oficial de la candidatura del presidente a su reelección y la prolongación de las negociaciones de paz hasta el próximo cuatrienio, sin la prisa y las mutuas intimidaciones de hoy. El candidato de la paz tendría nombre propio y el respaldo implícito de las Farc.
La foto no sería una novedad ni provocaría escándalo como en el pasado. Ya un candidato en aprietos demostró el poder de una foto, como utilizarla y como hacerse presidente, así las negociaciones y la paz terminaran mal. Cada día trae su afán, después se verá. Lo deseable es que esta vez las cosas terminen bien y no tengamos que volver a presenciar lo que vimos, en vivo y en directo, hace diez años y que comenzó con una esperanzadora fotografía.
Ya Orwell en su obra 1984 enseña cuales son las estrategias a utilizar para convencer al electorado que el viejo gran enemigo se convierte en el nuevo gran aliado, para eso está el departamento de la neoverdad, encargado de demostrar que no hubo tal rivalidad, sino malentendidos pasajeros, de recomponer la historia, de reescribirla, de revisarla, de eliminar toda evidencia y registrar en imágenes la nueva realidad. Valencia Cossio y Álvaro Uribe son una fehaciente demostración.
Pero no solo el presidente Santos está pendiente de una imagen que conmueva y transforme el escenario político, “si fuere necesario”. También en la orilla de la izquierda los impulsores de la esquiva unidad anhelan ver una foto que registre el abrazo unitario de Navarro, Petro, Lucho Garzón, Sergio Fajardo, Peñalosa y Antanas Mockus anunciando una nueva ola del centro izquierda, como la otrora Ola Verde, y el ingreso de los verdes a progresistas o lo contrario; todavía se está en negociaciones, da igual para los efectos políticos prácticos, las diferencias son el pasado, las coincidencias son el futuro. Difícil de tomar, es cierto, no es fácil ponerlos de acuerdo sobre qué lugar se ubicaría cada uno, quién sería el vocero, quién el candidato, quién encabezaría la lista al Senado, se respaldaría o no la gestión de Petro, verdes o de otro color. La fotografía produce milagros, al igual que las urgencias electorales y la amenaza del umbral.
Para el Puro Centro Democrático el problema no es de fotografía, es de encuestas y de lo mal que registran sus precandidatos. La omnipresente imagen del presidente Uribe, el Gran Hermano, que todo lo decide, todo lo ve, todo lo sabe, invisibiliza la figura y la credibilidad de sus pupilos presidenciables. En el mundo de la mediática política solo una foto alteraría la estrategia electoral de Uribe: tomarse una foto con Luis Alberto Moreno como candidato presidencial del Puro Centro Democrático, acompañado de Andrés Pastrana. Sería la foto del cuatrienio, una manera elegante de quitarse de encima el encarte de Pachito Santos, una aparición en vivo de Santa Laura de Jericó en la campaña del Puro Centro Democrático.