Para hablar del Cesar es necesario transportarse a su idiosincrasia, su vocación cultural, artística y agrícola.
Este es un departamento prolijo, donde nació un folclor que fue bautizado como vallenato (entiéndase nativo del valle), que ha cautivado a millones de colombianos y extranjeros; que fue bendecido con unas tierras fértiles y el recorrido de unas fuentes hídricas que cualquier territorio envidiaría.
Sabiendo lo anterior se comprende por qué durante décadas esta región se dedicó a la agricultura y la ganadería como su fuente primaria de obtención de recursos económicos, hasta que a finales de la década de los 80 y de la mano de empresas extranjeras empezó una nueva actividad que daría un giro de 180º grados a la economía del territorio en el que nos ubica este escrito.
Llegó el carbón
Hay que aclarar que el carbón no llegó: siempre estuvo ahí, debajo de las tierras en que antes crecían todo tipo de cultivos y se paseaba el ganado y otras especies, pero que con el inicio de su explotación cambió la vida de los lugareños de poblaciones como: La Jagua de Ibirico, El Paso, Chiriguaná, y Becerril.
Con la puesta en marcha de los proyectos mineros de empresas como Drummond Ltd., C.I Prodeco S.A.S., Vale S.A. (hoy CNR Colombia LTD) —es necesario anotar que a la fecha de este escrito Prodeco y CNR entraron en cese de operación hasta nueva orden—, entre otras, llegaron nuevas fuentes de empleo que lograron en gran medida dinamizar la economía de la región con la creación de empleos bien remunerados y la apertura de oportunidades de negocio para los lugareños que no contaban con la formación profesional para poder laborar en estas compañías.
El ocaso del carbón
Sin embargo, desde hace ya varios años el carbón ha sufrido violentas caídas en su precio, lo que ha ocasionado dificultades operativas y financieras en las compañías dedicadas a la extracción del mismo; esto ha generado la pérdida de miles de empleos, solo entre 2018 y 2019 se suprimieron 197.000 empleos. Además, esta industria fue catalogada en un reciente artículo de Semana como la que más destruye empleos en el país, una paradoja pues cerca de 30 años atrás llegó a cambiar para bien la vida de las personas que viven alrededor de las minas y los habitantes de municipios de todo este departamento.
La causa
Hasta este punto he expuesto desde mi perspectiva, lo que ha sucedido con una de las industrias bandera de la economía colombiana, pero no he abordado la causa por la cual hoy esta ve su ocaso.
No es desconocido para nadie la preocupación global por el cambio climático, y en no es secreto que una de las grandes fuentes de contaminación son los gases y material particulado que se generan con la quema de carbón para la producción de energía eléctrica, es por esto que en la Unión Europea existe hace ya varios años un plan para la descarbonización de la producción de energía eléctrica. La razón por la que menciono a la UE es porque es uno de los más grandes consumidores del carbón colombiano, el plan consiste en que para el año 2050 se hayan reducido a cero las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la UE.
Si nos detenemos por un momento podemos notar que uno de los mayores consumidores de carbón colombiano, en 30 años dejará de consumir el mineral por completo y lógicamente irá disminuyendo su consumo paulatinamente, lo que generará aún más reducción de empleos, de ingresos a los hogares y de regalías a la nación, esto es gravísimo si se tiene en cuenta que esta actividad representa el 4,75% del total del PIB.
El futuro del Cesar
El más reciente álbum del célebre cantautor colombiano Juanes se titula Más futuro que pasado, en mi opinión el departamento del Cesar es un territorio al que esa frase aplica perfectamente, pero para estructurar un mañana próspero hace falta dirigir nuestra mirada atrás, a la vocación agrícola de estas tierras, a la inversión en vías terciarias y la atracción de nuevos capitales tanto nacionales como extranjeros. Pero también debemos tomar conciencia acerca de las nuevas tendencias mundiales; hoy por hoy el futuro de la generación de energía eléctrica está en los parques solares y en este departamento ya existe el más grande de Colombia donde se genera el 80% de toda la energía solar del país, y se puede apostar también a la generación de energía eólica.
Pienso que los próximos gobiernos departamentales y municipales del Cesar deben trabajar unidos para generar incentivos que sean atractivos a las industrias, trabajar el tema de exenciones tributarias a cambio de la generación de empleo y brindar soluciones en movilidad, explotar la línea férrea que ya existe como hacen otros países no solo para el carbón sino para poder transportar mercancías de todo tipo hacia los puertos del Magdalena.
Por último, pero no menos importante se debe rescatar la cultura, explotar el vallenato no solo con el festival de la leyenda sino realizar toda una oferta de atracciones que cautiven a nuevos visitantes y que los inviten a conocer la historia del folclor y de los juglares que han surgido de las vivencias provincianas del ayer.
En conclusión, existe un abanico casi infinito de posibilidades que en buenas manos pueden dinamizar la economía y mejorar la calidad de vida de los habitantes del Cesar.
La pregunta es: ¿cuáles son esas buenas manos?