“Soy un gran defensor del medio ambiente —en eso quiero ser enfático— y para nadie es un secreto que en Colombia y en otros países el discurso ambiental —mal construido— puede afectar el desarrollo sostenible”, así comienza el discurso del artículo del gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, en el artículo Fracking Caribe (diciembre /18). De lo que se lee ahí se puede inferir que solo piensa en el “supuesto desarrollo económico” de la región Caribe a costa de la desolación y miseria que dejaría la implementación de esa actividad en la zona.
Por eso, le pregunto al gobernador Verano: ¿sabe usted qué es desarrollo sostenible? Para su conocimiento, gobernador, “desarrollo sostenible”, es aquel que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social. El fracking jamás conjuga esas exigencias.
Pero es importante compartirle a usted el significativo análisis que el grupo Kiss the Ground hace sobre el temible cambio climático. Kiss the Ground (que al español traduce “besar el suelo”) es un grupo ambientalista creado en Los Ángeles (Estados Unidos) en el año 2013, que viene propiciando la posibilidad de hacer una agricultura regenerativa, teniendo como objetivo salvar al planeta y así regenerar la tierra y los ecosistemas, basándose en la construcción de un suelo saludable, restaurando su fertilidad, para tener la capacidad de secuestrar carbono de la atmósfera y a través de su almacenamiento y generar un impacto positivo tangible en la vida de miles de millones de personas en el mundo.
Una de las causas más importante de la ocurrencia del cambio climático es la excesiva liberación de carbono a la atmósfera, sin pretender que el carbono es el enemigo, ya que éste, es la base de la existencia, todo lo que tiene vida está conformado por carbono, incluido el hombre. El problema radica en el balance del mismo en la tierra. Es preciso recordar que los reservorios de carbono en el planeta se encuentran en la atmósfera, en el suelo, en la biosfera, en el océano y en el subsuelo, estos generados a través de los fósiles. De acuerdo a lo anterior, cuando los seres vivos entre ellos las plantas aparecieron sobre la faz de la tierra el carbono circulaba en un balance perfecto, permitiendo la evolución de la vida.
Los avances del mundo y la desesperada avaricia de muchos intereses en el planeta, descubrieron cómo se podía extraer carbono de los reservorios fósiles y quemarlos para generar energía. Esto rompe el balance, aunado a la forma como manejamos el recurso tierra, incluyendo las inadecuadas prácticas agrícolas y pecuarias, las deforestaciones y los permanentes movimientos de tierra, liberando así grandes cantidades de carbono desde el suelo y la biosfera a la atmósfera. Según estudios, se han liberado 880 millones de gigatones de carbono, o sea 880 mil millones de toneladas de carbono a la atmósfera, lo cual ha desestabilizado el balance del elemento generando así el calentamiento del planeta.
Esta lamentable y desproporcionada liberación la absorben entre otros, los océanos, produciéndose la acidificación de los mismos, acelerando así la extinción masiva de algunas especies marina. Pero para detener a tiempo el acelerado aumento de liberación del carbono a la atmósfera, se debe parar las explotaciones de carbón, gas y petróleo, teniendo en cuenta que todas estas liberaciones de carbono a la atmósfera han venido poniendo en peligro la vida en el planeta.
La pregunta que nos haríamos es: ¿dónde está la solución a esta problemática y que hacer para parar ese exceso de carbono en la atmósfera, para poder restablecer su equilibrio? La respuesta inmediata es que la solución está en el mismo suelo. La planta, el sol y el agua, realizan la fotosíntesis, absorbiendo Carbono del aire y lo transforman en carbohidratos y azúcares, luego bombean parte de esos azúcares por medio de sus raíces para alimentar a los microorganismos y hongo que usan ese Carbono, generando así el suelo. Ese movimiento del carbono, las plantas lo absorben y la tierra lo guarda, es una tecnología natural. En estudios científicos se ha demostrado que al aplicar una fina capa de compost al suelo se crea un ciclo de retroalimentación positiva que trae más y más carbono al suelo. Compostar los residuos orgánicos en conjunto con otras prácticas regenerativas, como no arar el suelo, plantar árboles, establecer cultivo de cobertura y un pastoreo programado ayudan a retener toneladas de carbono en el suelo, es eso lo que se denomina agricultura del carbono o agricultura regenerativa.
A diferencia de poner más carbono a la atmósfera se puede poner más carbono al suelo, así se genera suelos más saludable, significando una alimentación sana y nutritiva y cultivos más resistentes a la sequía. La regeneración del suelo es la tarea de nuestra generación. Explotar combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas mediante el fracking es liberar más carbono a la atmósfera, por ende aumento del calentamiento global. Tengamos presente que la salud nuestra, la de nuestros suelos y la de nuestro planeta es solo una.
La propuesta del gobernador Verano de la Rosa de su fracking Caribe, queriendo embarcar a La Guajira y al Cesar en la explotación de gas en la Cuenca Cesar–Ranchería y el offshore en Orca1, es desproporcionada. Hace el gobernador una amañada comparación de lo que viene ocurriendo en la ciudad de Midland , ubicada en el condado de Midland (Texas), a lo que podría sucederle a La Guajira y al Cesar.
Tamaña fantasía, para no decir falacia. Gobernador así no se defiende al medio ambiente y menos a la biodiversidad, como lo hace creer en la génesis de su artículo y que reproduzco en el comienzo de este. Usted debe saber los riesgos y daños que ha producido la implementación del fracking en el mundo, especialmente en Estados Unidos y en Argentina, dos países que han desarrollado esa técnica y el solo abordar documentos del internet, conocerá los desastres que ha venido causando para la salud humana y la biodiversidad en general.
Este es el mismo cuento que han venido metiéndole a los guajiros desde hace años. Primer cuento, el que nos metieron hasta los tuétanos con el Carbón del Cerrejón y se llevaron las oficinas para Barranquilla, Segundo cuento, el que nos ha metido el gobernador Verano de la Rosa con la Rap Caribe para que La Guajira fuera parte integral de la misma, pero solo con la intención de que el departamento de La Guajira haga sus mayores esfuerzos y aportes económicos a la Rap Caribe para así poder financiar los megaproyectos de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, dejando a Riohacha como la guayabera por fuera y el tercer cuento, el embeleco que quiere meternos nuevamente el Gobernador Verano de la Rosa con el fracking Caribe, pero con la intención de llevarse para Barranquilla el complejo logístico de estas exploraciones y explotaciones de fracking en la Cuenca Cesar-Ranchería y la offshore en Orca1 y Moluscos, entre otras.
En Portafolio (del 28 de julio/19) aparece el flamante gobernador del Atlántico haciendo alarde de que el fracking le dejaría al Caribe 1.000 millones de dólares en regalías, pero cuando la revista le pregunta si hay indicios de YNC en el departamento del Atlántico, responde diciendo: “Parece que existen unos importantes yacimientos de hidrocarburos en los alrededores de Barranquilla, pero no tengo claro si se tendría que utilizar la técnica del fracking para el desarrollo de estos.” Qué lindo el gobernador, allí si no lo tiene claro.
Gobernador Verano, en La Guajira le sugerimos que no predique en tierra ajena y aplique en la suya. Comience los planes pilotos experimentales de fracking por el departamento del Atlántico y así usted puede impulsar y aplicar el fracking Caribe en su departamento y no sugerirlo en los departamentos que no son el suyo.