Un inexperto en el tema aeronáutico, el economista Jair Orlando Fajardo llegó a la dirección de este delicado cargo puesto por el presidente del Congreso Juan Diego Gómez y respaldado por los hermanos Hernán y Esperanza Andrade, conservadores del Huila.
Y así como él llegó, como cuota política, así operó el año que estuvo en esta alta responsabilidad: cada directivo era ficha de algún congresista conservador y el jefe de comunicaciones. Juan Pablo López resultó ser cuota de Hassam Nassar el consejero de comunicaciones de la Casa de Nariño.
Las órdenes de servicio se multiplicaron hasta superar las 335. Pasaron de 500 en el 2021 a 835 en el 2022 muchas innecesarios y que el director dejó firmadas hasta diciembre de este año.
En la Casa de Nariño sabían de este manejo irregular, politiquero y de tráfico de influencias, igual que la denuncia llegó a la Procuraduría, la Fiscalía y la Contraloría, pero fue el arranque del empalme con los equipos de Gustavo Petro lo que precipitó la destitución del funcionario a un mes de terminar el Gobierno. Informe especial.
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