El 23 del pasado mes de marzo fue publicado el respaldo que emitió el FMI a las reformas sociales y al Gobierno de Gustavo Petro, destacando el crecimiento de la economía. “Los riesgos a la baja prevalecen y son elevados, pero los fundamentos económicos, las políticas y los marcos de las políticas de Colombia son sumamente sólidos y apuntalan la resiliencia del país”, señaló el organismo internacional en la última revisión del artículo IV del Convenio Constitutivo con Colombia.
Los directores del FMI vieron muy positivamente los objetivos de las reformas de la salud, las pensiones y del mercado laboral y orientaron al presidente Petro, que las “debe ejecutar de forma prudente, y al mismo tiempo preservar la estabilidad fiscal y financiera”. Será necesario que las reformas se gestionen y se sigan comunicando con prudencia y que “las políticas macroeconómicas sean lo suficientemente firmes para reducir los desequilibrios internos y externos”. De esa manera, el principal organismo que se ocupa de “promover la cooperación monetaria internacional, garantizar la estabilidad financiera, facilitar el comercio internacional, promover un empleo elevado y un crecimiento económico sostenible, y reducir la pobreza en el mundo entero”, le ratifica la bendición al Gobierno de Petro, que se precia de ser de izquierda o alternativo.
El presidente Petro con alborozo, cual gobierno derechista, dobló las campanas –otros dicen que las rodillas–, y escribió en su cuenta de Twitter: “El FMI respalda las reformas sociales presentadas y la política económica del Gobierno”. También el jefe del neoliberalismo en el gabinete ministerial, José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda, denominado cerebro del Gobierno, se alborozó: “El FMI destacó el compromiso con el cumplimiento de la regla fiscal, considerando que en 2022 se dio un sobrecumplimiento de las metas fiscales, que se mantendría para 2023. Para el resto del periodo de Gobierno, el escenario contemplado da estricto cumplimiento a la regla fiscal”.
El Gobierno dijo: “El FMI anunció las conclusiones de sus visitas enmarcadas en el artículo IV de su Convenio Constitutivo, en las que destacaron la transición hacia un crecimiento más sostenible, así como la solidez institucional en las políticas públicas adelantadas por el Gobierno del Cambio”. Pero resulta que existe una contradicción antagónica entre las políticas neoliberales recetadas por el FMI de: privatización, flexibilización laboral, apertura de fronteras para los mercados de las multinacionales, especulación financiera y el estrangulamiento de la producción agropecuaria e industrial nacionales, con el cambio propuesto por el candidato Petro, causando una defraudación al sentimiento de cambio de los colombianos. Las políticas del FMI son las causantes de la crisis económica y social del país, por lo tanto, no serán quienes guíen el cambio.
Ese respaldo del FMI a Petro es su autorización a «cambiar todo para que nada cambie», como en la paradoja expuesta por Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Así lo describe el dirigente de la CUT, Diógenes Orjuela, en Twitter: La @cutcolombia siempre ha rechazado la intromisión en los asuntos económicos, políticos y estratégicos del país de organismos como el FMI, BM, OCDE, OMC. Gobierno que se alegre por sus beneplácitos ha renunciado a la soberanía y a reformas realmente progresistas”. El abrazo del oso es sinónimo de un gesto falso, sin sentido ni sentimiento, que esconde una trampa. ¡Petro duerme feliz entre los abrazos del oso!
