El último capítulo de “yo soy Betty, la fea” trajo a la memoria de los televidentes personajes importantes del jet set nacional e internacional. Cambios físicos, artistas que ya no nos acompañan y figuras que hoy en día cuentan con una imparable carrera laboral aparecieron en este final feliz. El final de la cuarta repetición de esta telenovela fue la segunda novela más vista en la noche del cinco de abril.
Bettina Spitz:
La diseñadora de modas bogotana fue la primera invitada en hacer presencia el episodio final de la novela. Ella fue la encargada de diseñar el vestido de novia de Betty. La diseñadora es reconocida por haber fundado su marca en 1988, posicionándose como una de las principales firmas de moda en su país.
Jasé Gabriel Ortíz:
El presentador del programa “Yo José Gabriel” fue el cómplice para que Armando Mendoza pudiera sorprender a Betty durante la ceremonia nupcial. El presidente de eco moda acudió a la ayuda del presentador para que le presentara a dos reconocidos artistas para que cantaran en su matrimonio.
Alberto Linero:
22 años atrás Linero era uno de los sacerdotes más queridos del país y no había colgado los hábitos. Él fue el encargado de unir en matrimonio a la pareja más querida por los colombianos. En redes sociales se habló mucho del cambio físico que ha tenido el exsacerdote.
Armando Manzanero y Olga Tañón:
El fallecido cantante participó en el capítulo final de “yo soy Betty, la fea” acompañado de la merenguera Olga Tañón. Ambos aceptaron la invitación de don Armando para sorprender a su futura esposa interpretando la Canción “Somos novios”
Diego Cadavid:
El galán de novelas figuró en algunos capítulos de la novela cuando apenas se consolidaba como uno de los rostros deseados por las televidentes. El actor le dio vida a Román, un vago del barrio donde vivía Betty, que junto a sus amigos le hacía la vida imposible a la fea más querida. El primer amor de la protagonista no podía perderse el momento más feliz de ella, mucho menos intentar sabotearlo. Pues tuvo que ser sacado de la iglesia por Wilson, el vigilante de la empresa.