¿El fin del Estado social de derecho en Colombia?

¿El fin del Estado social de derecho en Colombia?

"Podemos salvar a Colombia, siempre y cuando utilicemos las armas que nuestro ordenamiento jurídico nos ofrece"

Por: Jose David Vargas Tuñon
octubre 02, 2020
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¿El fin del Estado social de derecho en Colombia?
Foto: Las2orillas

Colombia —país del Divino Niño y del sombrero vueltiao, sede de un ecosistema envidiable, con cordilleras y montañas asombrosas— tiene detalles que desvanecen la imagen impecable que tiene ante el mundo.

Este país, con características que maravillan a cualquiera, ha mancillado y deplorado, hasta un punto indecoroso y casi que deshonroso, los pilares que sostienen la estructura social y democrática del mismo.

El conjunto de palabras que forman el preámbulo de la constitución nacional, en especial aquella expresión de “Estado social de derecho” —que en resumidas cuentas es la supremacía del respeto a la dignidad humana por encima del imperio de la ley—, han sido deploradas por el accionar de las autoridades que tiene este país. No solo la policía, con sus acciones, ha erosionado dichos pilares fundamentales, sino también los empleados públicos que conforman la terna del Estado.

Ese carácter social es el que debemos recuperar para que las cosas cambien, pues ya es hora de que la persona como ser revestido de dignidad esté por encima del orden jurídico aplicable. Además, es hora ya de cambiar las funciones propias de la Policía Nacional para convertirla en una institución que no solo esté educada en el cumplimiento de sus funciones, sino en el respeto a los ciudadanos.

Igualmente, debemos destruir con mano firme la tramitología en los procesos que cursan ante los empleados públicos y demás entidades privadas, que con prorrogas interminables erosionan los derechos fundamentales de nosotros los ciudadanos. Así mismo, debemos, con el corazón patriótico que nos caracteriza, refrendar nuestra constitución, defender nuestros derechos y exigir la reivindicación de los que ya hemos perdido.

Los derechos humanos y fundamentales no se exigen armando el caos en las principales capitales de Colombia, tampoco defendiéndonos de la violencia arremetiendo con más violencia; pues de darse esos escenarios vandálicos y violentos, perecerán personas inocentes y la causa libertaria se hará trizas.

Ya es hora de que nuestra sociedad cambie, pero para exigir ese devenir debemos predicar un mensaje de paz y fraternidad. Las manifestaciones mientras sean pacíficas son legítimas y respaldadas en la carta magna, pero cuando las mismas son impulsadas por un partido político para sacar ventajas y desestabilizar el orden pierden su esencia y se desnaturalizan.

Sépanlo, podemos salvar a Colombia, siempre y cuando utilicemos las armas que nuestro ordenamiento jurídico nos ofrece. No con piedras y demás utensilios que nos hacen ver más desadaptados de lo que por naturaleza somos.

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