De los años dorados del intérprete de La chica del bikini azul no queda sino el recuerdo. La decadencia a la cual llegó su carrera tocó fondo cuando recientemente canceló una presentación en Yucatán porque “Está en su habitación emborrachándose y drogándose” según dijo a las más de 10.000 personas el organizador del evento. “Yo estoy del lado de ustedes (…) No voy a decir mentiras”. Aseguró el hombre a una multitud que llevaba dos horas esperando por el artista y había pagado una boleta de 500 pesos mexicanos (unos 80.000 colombianos). El asunto terminó en una demanda por la cual ya van tres detenidos del equipo de Luis Miguel y con un breve comunicado de tan solo un párrafo en la cuenta de twitter del cantante, dónde atribuye la cancelación de su show a “cuestiones técnicas”.
La decadencia de Luis Miguel era ya un secreto a voces conocido por todos México y el incidente en cuestión es solamente la gota que rebosó la copa. En los últimos años, al intérprete se le podía ver cantando en cuanta feria de su país le solicitara, dando espectáculos de muy baja calidad y pobre producción en los llamados “palenques” mexicanos, siendo estos el único escenario en que se le podía ver y dejando atrás los magnos auditorios que en tiempos mejores le recibían.
Era tal la importancia de Luis Miguel en años pasados, que solo sostener una relación con este hombre, durante la década de los noventa, podía servir como trampolín para lanzar a la fama internacional a cualquier desconocida, como en aquél entonces era una joven Sofía Vergara quien gracias a la publicidad que le valió el ser la chica del Sol de México, empezó toda una carrera en el mundo del espectáculo y recorrería un largo camino hasta convertirse en la actriz de tv mejor pagada del mundo. Por esas crueles ironías de la vida, Sofía Vergara hoy brilla mucho más que la estrella azteca, quien en un principio la lanzó al estrellato, y cuya luz parece haberse apagado.
Gracias a su romance con Luis Miguel en los 90, Sofía Vergara se dio a conocer más allá de las fronteras colombianas.
Nadie sabe a ciencia cierta cuál será la razón del apagón en la carrera de “El sol” pero lo cierto es que ya no brilla tanto como antes. Hay quienes atribuyen esto a la actriz Aracely Arámbula, expareja del cantante quien llegó a pedir hasta un millón y medio de dólares además de una pensión mensual de US $80.000 para el mantenimiento de los dos hijos que tuvo con él. Según La Chule (como es conocida), Luis Miguel ganaba hasta 23 millones de dólares en un año y no era justo que a sus hijos solamente les diera US $30.000 al mes, que en pesos colombianos vienen siendo 60 millones, aproximadamente.
Si la separación con Aracely fue noticia habitual en las revistas del corazón, los cuatro años que duró la relación no fueron menos relevantes para la prensa. La pareja siempre huía de los periodistas, lo cual solo servía para aumentar el interés por el tema. Nunca confirmaron su relación, y fueron unas fotos recorriendo Venecia las que hablaron por ellos. En algún momento se rumoró que existía un millonario contrato en dónde ella recibiría US $50mil por cada hijo que le diera al artista, así como también que existía una cláusula que le impedía tener hijos con otro hombre y posar en fotos con sus hijos sin previa autorización.
Igualmente su actitud prepotente con los medios y el no dar entrevistas ni a Televisa, gigante mexicano que en principios de su carrera le ayudó a catapultarla, no le ha favorecido pues su popularidad decayó notablemente, así como la producción de sus conciertos, cada vez menos impactantes. También ha podido influir el hecho de que los tiempos cambian, las generaciones también, y los gustos musicales del público; todo cambió menos la música de Luis Miguel quien se quedó apegado al estilo de canciones como Mujer de fuego, La incondicional o La Vikina, que en su momento fueron grandes éxitos pero que décadas después distan de lo que pide la audiencia, alejándose así de las preferencias de México y el resto del mundo. El paso del tiempo tampoco ha ayudado al crecimiento de su carrera, el cambio notorio en su imagen, con 20 kilos de más y el debilitamiento de su voz, son solo una muestra de su decadencia.
Los años no le han pasado en vano y el sobrepeso de 20 kilos que tiene es prueba de ello.
Las exigencias que hizo para presentarse en Colombia hace dos años hablaban por sí solas respecto al peculiar carácter de este cantante. Su habitación debía ser negra, con sábanas y cortinas del mismo color. En el camerino debía haber muchas rosas blancas nacionales pero tipo exportación, todas abiertas. Por si fuera poco, la habitación y el escenario en dónde se presentaría debían oler todo el tiempo a jazmín y gardenias. No menos desconcertantes fueron las que hizo cuando participó en el Festival de Viña del Mar en 2012, en dónde entre otras cosas, pidió que el personal del hotel en dónde se hospedaría no le mirara a la cara.
Este hombre que se desplazaba en varios carros para distraer a los paparazzi está atravesando uno de los puntos más críticos de su carrera, y recuperarse no será fácil. Muy atrás parece haber quedado la carrera de un cantante que a los 15 se llevó su primer Grammy, y que antes de los 25 ya había actuado en las películas “Ya nunca más” y “Fiebre de Amor”. Muy lejos parecen haber quedado los ocho discos de oro y cinco de platino que ganó con su álbum “Soy como quiero ser” a los 26, y no más distantes se encuentran los cinco Grammy y cuatro Grammy Latinos que en sus años dorados llegó a conseguir. Si bien es cierto que aquella frase que reza “Todo tiempo pasado fue mejor” es duramente cuestionada, casos como el de Luis Miguel parecen rendir honor a la misma.
Por @enriquecart
