Justo y Bueno, junto a Ara y D1 eran las apuestas de cadenas de supermercados de bajo costo. Sus tiendas fueron abiertas en Colombia en el 2016 y seis años después han tocado fondo. Las deudas lo están consumiendo y nada más a sus empleados, en sueldos, deben 42 mil millones de pesos, en contratos de renting son 19.700 millones y en arriendos de locales 35 mil millones. Justo y Bueno esperaba que una empresa china les botara un salvavidas pero nada de esto pasó.
Mas de 6.000 familias perderán puestos de trabajo. Desde el martes 10 de mayo sus tiendas cerraron sus puertas en todo el país.
La empresa anunció las malas nuevas con este comunicado:
“Una vez se firmó el contrato de venta en el mes de marzo, continuamos trabajando con la convicción de que los fondos pactados para pagar las deudas y cumplir nuestros compromisos con todas las familias vinculadas con Mercadería ingresarían a tiempo. La compra de JF Capital tiene el aval de la Federación Mundial de Asociaciones de la Unesco y de la Conferencia Episcopal Ecuménica Mundial, razón por la cual nos sentimos respaldados y confiados en el resultado. Hoy no entendemos qué pudo pasar con el anunciado ingreso de los recursos al país. Esperamos que JF Capital, como nuevo propietario de Justo & Bueno, se manifieste públicamente y dé la mejor solución posible para todos en la audiencia citada por la Superintendencia de Sociedades el próximo jueves”
Este 12 de mayo supersociedades anunció que seguirán en audiencia buscando salidas a la crisis.