Desde inicios de año se observa una tendencia general en el desempeño de los posibles candidatos presidenciales: todos están estancados, decrecen en intención de voto y favorabilidad, o crecen en porcentajes mínimos, casi insignificantes. Todos, excepto Petro, quien crece de manera sostenida, y puntea en todas las encuestas, llegando a dispararse en la más reciente, la realizada por Invamer, difundida el pasado jueves.
En ella Petro alcanza un 38%, frente a un 16% de su inmediato seguidor, Fajardo, a quien dobla y más, le supera por 22 puntos. En la misma encuesta, en noviembre, Petro lo superaba por diez puntos, 25 contra 15. De manera que Petro confirma su primer lugar, pero aumenta de manera notable su diferencia.
La gran diferencia con encuestas anteriores es que en ellas el escenario de segunda vuelta era desfavorable para Petro. Era Fajardo quien vencía en casi todos los escenarios de segunda vuelta. Eso alimentaba dos argumentos de campaña: que Fajardo era el único que podía vencer al uribismo en segunda vuelta, y que él era quien podría salvar a Colombia de caer en manos del castrochavismo, del populismo de izquierda. Eso ponía a la derecha y a Fajardo sobre terreno común. Eso cambió en la reciente encuesta: Petro vence en todos los escenarios de segunda vuelta. Fajardo lo supera 52 a 42; a Marta Lucia Ramírez, la opción de derecha más fuerte, 55 a 37, y a Tomás Uribe 65 a 26. Todo indica que entre los colombianos se disipa el temor a Petro, que se infundió durante años de propaganda negra en los grandes medios. Ahora Petro se convierte en la opción política más atractiva para la mayor parte de los encuestados.
La encuesta presenta otros datos interesantes. El 21% de personas que se declaran con afinidad política de derecha expresan que votarán por Petro. De otra parte, quienes dicen ser de afinidad política de izquierda, pasaron, con relación a la misma encuesta realizada en noviembre, del 16 al 22 por ciento; en tanto que los de centro pasaron del 30 al 29 por ciento; al tiempo, quienes se declaran de derecha bajaron del 36 al 30 por ciento. El centro se estanca, la derecha decrece y la izquierda crece. ¡¡¡Y parte de la derecha está dispuesta a votar por Petro!!!
Sin duda, Gustavo Petro se ha convertido en un fenómeno político en Colombia. El solo hecho de mantenerse vivo políticamente ya es notable. Nadie olvida que desde el Estado se ha intentado sacarlo de la política de por vida, sea mediante la inhabilitación de la procuraduría o las multas de la Contraloría; uno a uno esos intentos han sido derrotados por Petro, la ciudadanía y su equipo de defensa. La campaña presidencial pasada lo posicionó como el primer político que desafía seriamente, con posibilidades de ganar, a la casta política, corrupta e inepta, que ha gobernado el país desde hace décadas. Las plazas públicas se llenaron de miles de colombianos que veían con esperanza el surgimiento de un proyecto político pensado para el beneficio del conjunto de la sociedad colombiana, y no solo de los banqueros, los grandes capitalistas y la clase política.
El mejor chance de Petro para obtener la victoria en las elecciones de 2022 es vencer en primera vuelta. Ya se sabe que una segunda vuelta posibilita un toconpe, “todos contra Petro”, capaz de unir al establecimiento y a quienes prefieren ver a la derecha en el poder antes que a quien desde el sector alternativo los supere en votación. La posible repetición del escenario de 2018. Y la estabilidad de su gobierno y la posibilidad de materializar su programa de reformas dependen de obtener la mayoría dentro del congreso. De momento la propuesta denominada Pacto Histórico y el desempeño del mismo Petro en las encuestas muestran que ambas cosas son posibles. Gustavo Petro puede estar avanzando hacia convertirse en lo que se llama un fenómeno político, esos movimientos que, al interpretar los deseos y frustraciones de los pueblos, se convierten en verdaderos tsumanis que barren en las elecciones. Solo eso hizo posible que los movimientos alternativos de Bolivia, Ecuador y México derrotaran a sus establecimientos políticos y llevaran a Evo Morales, Rafael Correa y López Obrador al poder, con la fuerza suficiente para implementar sus propuestas.
Aún queda más de un año para las elecciones, y la experiencia pasada muestra que Petro se crece en la plaza pública y en la campaña electoral. Si hace cuatro años ya Petro fue el gran protagonista de la campaña, con cientos de plazas llenas de sus partidarios, la presente campaña presenta la posibilidad de que se convierta en el más grande fenómeno político que Colombia haya visto desde Gaitán.
