El 6 se realizó la toma por parte del M-19 del Palacio de justicia. El grupo en su momento ejecutó el hecho "con la pretensión de hacerle un juicio político al entonces presidente Belisario Betancur, por los fracasos y dificultades que había en el proceso de paz que habían pactado meses atrás". El gobierno reaccionó con la retoma del Palacio, que dejó 94 colombianos muertos y 11 desaparecidos. Después de 30 años el caso no se ha resuelto a nivel de la justicia colombiana en su totalidad, aunque la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha condenado al estado por la culpa de éste frente a los hechos.
Siete días después, el volcán Galeras arrasa con Armero y sus habitantes, dejando 23.000 cuerpos de colombianos tendidos en medio del lodo y la impotencia de los colombianos que nada podíamos hacer ante semejante hecho desolador. Muchos analistas afirman que la tragedia pudo haberse prevenido. Hubo negligencia por parte de las autoridades locales y nacionales.
Como si lo anterior no fuera poco, el 14 es asesinado, llegando a su casa Ricardo Lara Parada, un exguerrillero del ELN que se había retirado de ese grupo y había conformado el Frente Amplio del Magdalena Medio (FAM), del cual era concejal y se había jugado su vida buscando salidas políticas para solucionar los problemas del país. Dicen que fueron sus excompañeros de armas quienes lo ajusticiaron.