No se puede caer en el negacionismo de las acciones del ELN en torno al paro armado. Si no estoy mal están conmemorando la toma de Simacota y el aniversario del natalicio del cura Camilo Torres, por ello es normal que cualquier grupo subversivo en fechas conmemorativas prevea realizar acciones de publicidad armada para demostrar un poderío militar real del cual carecen. Pero hay sectores de opinión que, solidarios con el ELN, creen estar haciendo un magnífico trabajo de propaganda complementario al accionar armado aduciendo un “fortalecimiento” de esa guerrilla. Pero lo que están haciendo es un trabajo funcional al Centro Democrático que alimenta el discurso de seguridad y la necesidad de cualquier tipo de medida excepcional para contener una inminente amenaza.
Pero la verdadera amenaza de seguridad es de gobernabilidad, orden público y social. Así las cosas, esta modalidad en el accionar del ELN como lo son estos ataques avispa (generar ruido en un lado y otro del país) dentro de su “campaña operacional” de Paro Armado es sencillamente una campaña de propaganda y publicidad armada que, teniendo en cuenta el momento político del país, es el caldo de cultivo ideal para oxigenar el discurso de “mano firme” que supuestamente “requiere el país”.
Cuando hay periodos de calma de "paz y amor" el inconsciente colectivo de la gente se acostumbra a que ese es el hilo real del orden público y se cree una fábula de paz en un país donde toda las condiciones que suscitaron la violencia están incluso más vigentes que nunca. Pero como Colombia tiene una democracia demasiado frágil, cualquier bomba, cualquier líder asesinado, cualquier atentado de los grupos armados que no tienen capacidad de derrotar al Estado es visto como el caos más relevante.
En la época del presidente Santos cualquier acto de cualquier grupo armado era aprovechado por la entonces oposición, ahora gobierno, como “esta es la paz de Santos” so pena de hacer eco de que la seguridad del país se estaba deteriorando para tratar de frenar el avance de los diálogos de paz y sembrar malestar en los cuarteles sobre la gobernabilidad de Santos. Hoy lo aprovechan a su favor porque, apesar de que tengan que sacrificar un poco la reputación del actual gobierno en materia de seguridad haciendo creer que el ELN esta fortalecido, venden la idea que es “urgente revitalizar los diálogos para evitar males mayores”.
Lo que hay detrás del “deterioro de la seguridad” que aseguran algunos seudoanalisitas y opinadores en temas de seguridad y defensa, en realidad hay es un modelo de propaganda gris fabricado muy sesudamente y que pretende relacionar el paro armado del ELN con el utópico paro nacional haciendo entonces propaganda negra para ese modo tomar medidas para contener cualquier brote preinsurreccional o de agitación social de fuerte nivel que afecten o tensionen los centro de gravedad en las principales ciudades. Al tiempo venden la necesidad de “fortalecer la seguridad” y ser así ser aplaudidos con amplio respaldo popular de una población que detesta a los grupos armados pero que aplaudiría el gobierno.
Se supone que para las guerrillas toda acción militar está ligada a una finalidad política. Entonces, si no hay mesa de negociación a la cual "llegar demostrando fuerzas" y el ELN no tiene capacidad de tomar el poder, no solo por su mediano poder militar y su tenue apoyo político y de masas y su aislamiento internacional, así como el odio de la opinión pública; pues estas acciones que estamos viendo en el Catatumbo, Arauca, bajo cauca antioqueño, Sur de Chocó y Cauca entre otras como lo son boleteos con pasquines, bloqueos de vías, quemas de automotores, sabotajes activos entre otras acciones en 50 municipios de los 1.103 que hay en Colombia; son lo mismo de siempre y más que una campaña operacional militar es pura campaña de publicidad armada que podría tener en la mira a las capitales.