El pasado jueves 14 de noviembre, estaba presupuestado llevar a cabo la celebración de aniversario del colectivo Blackbox, un grupo de jóvenes empresarios colombianos dedicados a traer artistas internacionales de la música techno y que gozan de gran reputación. En esta oportunidad, querían sorprender a toda Bogotá y botar la casa por la ventana, trayendo a la superestrella del techno, Amelie Lens.
Amelie Lens es una DJ y productora originaria de Bélgica, que con tan solo 28 años se ha abierto paso y ha entrado en lo que se puede considerar la “elite” del techno. Sus sonidos oscuros y contundentes la han catapultado a la fama y es una de las DJ’s de techno con más seguidores en el mundo. No en balde, la “nueva reina del techno” ha debutado con éxito en casi todos los festivales de música electrónica de talla mundial, tales como el prestigioso Awakenings o el famoso Tomorrowland.
Era de suponerse que en Bogotá, ciudad que está en la pugna por convertirse en la capital latinoamericana del techno, los fanáticos de la artista belga pagaran la costosa boleta y llenaran a tope el Centro de Eventos Gonzalo Jiménez de Quesada. Y así fue. Más de cuatro mil almas se congregaron en el sitio del evento, tal vez excediendo la capacidad del mismo. Más allá de las múltiples quejas respecto la organización, por el lugar del evento o por la falta de provisiones de agua, un hecho inesperado hizo pasar una vergüenza a Colombia y a la escena techno criolla; Amelie Lens no pudo terminar su presentación porque le desconectaron la luz.
De hecho, hablar en los términos “no pudo terminar”, es un eufemismo. Lens solo pudo tocar su música durante cuarenta minutos, cuando su show estaba planeado para durar dos horas durante la fría madrugada bogotana. Al principio, los organizadores trataron de calmar a la artista diciéndole que era una falla técnica y que pronto se restablecería la energía. Volvió a los veinte minutos y Amelie no escatimó para lanzar todo su arsenal a la pista y traer de nuevo el fuego a la fiesta. A los 10 minutos, la energía se fue de nuevo y esta vez para siempre.
La artista internacional, desesperada y angustiada, trataba de hablar con algún organizador para saber qué era lo que estaba pasando. En el ambiente se rumoraba que no sucedía ninguna falla técnica, sino algo más. Ningún organizador quiso darle la cara. Fue el otro DJ internacional invitado, Farrago, quien tuvo que informarle a Lens que no podría continuar con su set, pues la Policía Nacional había dado la orden de detener la fiesta, ya que los organizadores solo contaban con permiso para desarrollar el evento hasta las 2:30 am, cuando el set de Amelie Lens estaba previsto para que acabase sobre las 4:00 a.m.
En medio de la locura colectiva, Lens tomó un micrófono y pidió perdón por algo que desde ningún punto de vista era su culpa. Fue aplaudida por sus fans, que al mismo tiempo lanzaban sendos insultos contra los organizadores y solicitaban la devolución inmediata del dinero. Finalmente, la artista belga se despidió entre lágrimas, con un evidente malestar por no poder cumplirle a sus seguidores colombianos.
No sabemos si Amelie Lens volverá a Colombia. Esperemos que si, para poder reivindicarnos con ella y que sepa que en Bogotá la escena techno además de reflejar amor, amistad y resistencia, es de talla mundial. Lo que sí sabemos es que el colectivo Blackbox tendrá que responderle a los que confiaron en ellos, personas que ya se están organizando a través de redes para defender sus derechos. También tendrán que responderle a la Superintendencia de Industria y Comercio por semejante episodio, pero eso ya es otra historia por contar.