Después de la épica quemada en las elecciones por la Alcaldía de Medellín que tuvieron en 2019, los dos candidatos que tenían el aval de Sergio Fajardo, Beatriz Rave y su primo, Juan David Valderrama, se inició una labor titánica por recuperar el electorado que años atrás había elegido con amplitud de votos a Fajardo y Salazar, pero que dejó de creer en sus promesas insulsas y vacías.
El desespero del Fajardismo en Antioquia se ha hecho muy evidente, y aunque el candidato cambió de equipo de comunicaciones e intenta hacer videos chistosos que calen entre los jóvenes, estos no creen en él ni en su cambio, pues además ahora la ciudadanía es mucho más activa e informada.
Muestra de su impopularidad entre el público joven es que, mientras el senador y precandidato Gustavo Petro pudo venir a Medellín, llenar las calles de la Comuna 13, caminar y hablar con ellos o que mientras Camilo Romero del Partido Verde planea hoy un encuentro para llenar un parque popular de la ciudad con jóvenes, artistas y ciudadanos del común, Sergio Fajardo solo se reúne con jóvenes cercanos a su círculo “conocedores de lo público”: Twitter
Uno de los tuits dice: Fajardo es elitista, excluyente, incapaz de gobernar para la gente y con políticas hechas para unos pocos (sus financiadores). Por eso cuando viene a Medellín, la tierra que gobernó, no puede salir de un pequeño grupo de personas que le hacen la venia y que trabajan para su egocéntrico proyecto político. Fajardo no convoca, no genera esperanza ni credibilidad. Por más que cambie de comunicadores o por más que sus fieles alfiles lo ensalcen, eso no va a cambiar.
El verdadero cambio está en gobiernos alternativos, ciudadanos que se construyen con y para la gente, que creen en la educación, el arte y el medambiente.