La importancia de esta consulta radica en que se escogerá “entre otros cargos” al nuevo rector de la UdeC quien es el representante legal y la primera autoridad ejecutiva de la universidad.
Cada votante lleva consigo un nivel de responsabilidad muy grande, por lo que es su deber estar lo más informado posible. Además, la universidad como ente formador de conocimiento debería estar comprometida con educar en este aspecto y que los procesos de consultas y/o elecciones se lleven dentro del marco de garantías democráticas.
En este proceso de consultas al interior de la universidad encontramos hechos que llaman la atención de muchos y que pueden parecer muy curiosos. El primer suceso llamativo es que a los candidatos no se les permite el uso publicitario de afiches y/o carteles murales dentro y fuera de la universidad relativo a los aspirantes y sus propuestas. Esta medida limita mucho a los aspirantes en cuanto a querer mostrar sus propuestas y visibilizar su candidatura, por lo que las elecciones se llevan a cabo casi que en la clandestinidad. Por esto la realidad, hoy dentro del alma mater es que la gran parte del estudiantado desconoce los candidatos que aspiran a ser rector de la UdeC. Además, hay que sumar el hecho que dentro de los 6 candidatos a rectoría hay uno que aspira a reelección, situación que lo coloca en una notable ventaja en cuanto a reconocimiento con respecto al resto de candidatos.
Otro hecho curioso radica en el hecho que los cargos no se ejercen necesariamente por quien haya obtenido la mayoría de votos, sino que existe un umbral del 30% el cual deben alcanzar los candidatos y luego el Consejo Superior de la Universidad designará entre los candidatos que alcancen el 30% quién será el próximo rector. Es decir, que a fin de cuentas la comunidad estudiantil no es la que termina eligiendo, sino el consejo superior.
También cabe resaltar el hecho de que no todos los votos valen por igual. En la consulta para el cargo de rector entran a jugar tres elementos: el primero de los elementos son los profesores, donde su voto equivale 1y su porcentaje es del 50%, los estudiantes donde su voto vale 0,1 y su porcentaje es del 40% y por ultimo están los administrativos donde su voto vale 1 con respecto al de un docente y su porcentaje es del 10%.
En este proceso de consulta se realizan una serie de foros programáticos donde los candidatos tienen la posibilidad de exponer sus propuestas y asimismo responder inquietudes que el auditorio le realice, pero es también curioso el hecho que centros tutoriales ubicados en San juan, El Carmen de Bolívar, Mompox, Lorica, no puedan tener foros programáticos en sus sedes, dejando como alternativa a sus estudiantes ver los foros vía streaming o viajar a un lugar donde sí los hagan.
Asimismo observamos las desventajas entre el candidato que busca la reelección y el resto, pero además que el grueso de la comunidad estudiantil está lejos de un voto bien informado.
Con este panorama podemos entender por qué los estudiantes poco conocen acerca de los candidatos y sus propuestas. La invitación es que a pesar de todo los estudiantes, docentes y administrativos investiguemos y estudiemos cuáles son los distintos candidatos y sus propuestas para poder estar a la altura de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos.