Ante la Corte Suprema, el exsenador liberal Mario Castaño aceptó recibir una sentencia anticipada por ser el cerebro de un entramado de corrupción en el que desde su UTL cobraba coimas y pagaba sobornos a cambio de millonarios contratos de obras públicas en el Valle del Cauca, Tolima y Risaralda que ascendieron a los $60 mil millones. Mario Castaño, quien se abrió camino entre los liberales al lado de su jefe natural César Gaviria, fue acusado de concierto para delinquir agravado, interés indebido en la celebración de contratos, peculado por apropiación, concusión y estafa agravada.
Tres meses después de estar tras las rejas, el exsenador está decidido a prender el ventilador con tal de conseguir una rebaja de pena. Hasta el momento han sido judicializados 33 funcionarios, alcaldes, exalcaldes y contratistas, un número que podría ascender con la decisión de Mario Castaño ya que la Corte detendrá la investigación para escucharlo y dar con los implicados deesta red de corrupción.
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