Desde que el exministro Andrés Felipe Arias regresó a Colombia extraditado desde los Estados Unidos, el pasado 12 de julio, el gobierno de Iván Duque se ha esforzado por mantenerlo alejado de los medios de comunicación y los registros visuales de su reclusión en la Escuela de Caballería, en el norte de Bogotá, donde ya había estado entre 2011 y 2013 mientras era procesado por el caso de Agro Ingreso Seguro.
Su llegada a Colombia ocurrió en total hermetismo, sin embargo, poco a poco se han ido revelando detalles de la vida de Arias, que paga una condena de 17 años. Primero se supo por una columna publicada en Publimetro por Andrés Hernández que Arias estaba recluido en la habitación 102 de una de las casas fiscales de la Escuela de Caballería. También se habría rapado la cabeza para cambiar su apariencia y así evitar a los curiosos, algo que quedó confirmado con la foto que publicó La Hora de la Verdad, programa del exministro uribista Fernando Londoño, que siempre ha abogado por la inocencia de Arias.
Desde antes de ser extraditado a Colombia, el exministro Arias se dedicó a la academia y ya en el país terminó su libro "Cocaína: ¿estabilizador colombiano 2015-2018?", como una manera buscar una rebaja de pena. En 50 páginas, Arias planteo una polémica tesis: la coca y el narcotráfico fueron el motor de la economía del país. Mientras tanto, Arias ha puesto todas sus esperanzas en la ley que busca la segunda instancia retroactiva a aforados, como es su caso. La ley en el congreso, que popularmente se conoce con su nombre, ha sido una bandera del expresidente Álvaro Uribe y la Comisión Primera ya aprobó el proyecto en primer debate. Solo tres senadores votaron en contra: Gustavo Petro, Angélica Lozano y Alexánder López. Sorprendentemente, los senadores Roy Barreras y Luis Fernando Velasco apoyaron el proyecto a pesar de que habían mostrado sus reservas ante los medios de comunicación.