Está rompiendo todos los récords. Ya va a llegar a 20 puntos de rating y hasta le ganó a Colombia vs Argentina.
Intenté ver un capítulo para entender por qué funcionaba y qué decepción. Saco a Carolina Ramírez de todo esto, ya que es un portento de actriz que es capaz de darle dignidad a una novela como La hija del mariachi. La caleña es la mejor actriz de la televisión, pero ¡ay! el resto de actores.
¡Dios! Se comprueba lo que dice la señora Vicky Hernández, los canales privados solo están para reclutar niños bonitos como los que pululan en los horrendos realities. Incluso si me apuran puedo decir que Carolina Ramirez no está todo lo esplendorosa que podría estar. Su acento paisa me desespera. En fin, el éxito de La reina del flow resume lo que es esta sociedad inundada por las letras asquerosas del reguetón.
Ya la guerra terminó y ganaron los malos. Por eso es que Maluma es un ídolo universal así no sepa cantar, ni siquiera rapear. J Balvin es diferente. Algunas de sus canciones tienen armonía. De resto es una decadencia absoluta. Lo impresionante es que el reguetón y sus letras porno y traquetoides se establecieron entre la juventud culta que alterna Pink Floyd con viernes de Bud Bunny.
Sí, mi generación es superior. En mi época pegaban novelas como Escalona, dirigida por Sergio Cabrera y musicalizada y protagonizada por Carlos Vives. Uno puede ver Escalona hoy y no ha envejecido un día porque es una obra maestra absoluta. En cambio, los reto a que vuelvan a ver La reina del flow dentro de un par de años. No quedará nada, será ceniza, como esa moda pasajera del reguetón.
Lástima, antes se creaban personajes dentro de los libretos. Lástima, el mundo está tirando a formatos como las series, un lenguaje que incluso llegó a superar al cine. Lástima, a la hora de hacer melodramas un genio mexicano como Miguel Caro creó una joya como La casa de las flores. Perdidos en la mediocridad se recurre a los clichés y a atacar el punto débil. Caracol se fue directo con lo que le interesa a la gente, el reguetón, y funcionó.
A uno no le queda sino la nostalgia. Me acuerdo cuando Carlos Duplat, Carlos Perozzo, Jorge Alí Triana dominaban la televisión y la dramaturgia nacional. Los actores eran Saldarriaga, Jorge Emiro Salazar, Delfina Guido, Consuelo Luzardo, la gran Vicky, Frank Ramírez y tantos otros que se fueron por la puerta de atrás, acabados, destruidos y la mayoría pobres. Cada pueblo tiene la televisión que merece y por eso nosotros tenemos La reina del flow.