Julio Gerlein le giraba plata a Aida Merlano y la apoyaba en su carrera política porque era su pareja sentimental y no porque estuviera involucrado en ninguna empresa criminal. Ese fue el argumento con el que Jaime Lombana logró convencer a un juez de Barranquilla de absolver al empresario y excongresista por el delito de concierto para delinquir por el que era investigado en el marco del caso de compra de votos por parte de Merlano, quien en este momento está pagando una condena en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá y quien fue la encargada de salpicar tanto a Gerlein como a la poderosa familia Char.
Detrás de esta decisión estuvo Jaime Angulo De Castro, un juez con una historia de vida bastante particular, puesto que, contrario a la mayoría de sus homólogos, no siempre ha estado vinculado al derecho y a la justicia. De hecho, su verdadera pasión siempre fue el deporte e incluso llegó a materializarla.
Durante su infancia siempre fue aficionado del Junior de Barranquilla, el equipo más tradicional de la Costa Caribe y su talento como delantero lo llevó a sus categorías inferiores a comienzos de la década de los 80. Sin embargo, no fue en el tiburón donde se dio su debut, sino en Estudiantes de Mérida, un equipo que a día de hoy sigue compitiendo en la primera división de la liga de Venezuela.
Luego, en 1986 y con Efraín ‘El Caimán’ Sánchez como entrenador, regresó al Junior, donde no alcanzó a permanecer mucho tiempo antes de que sucediera un hecho que le dio a su vida un giro de 180 grados. Una lesión en la rodilla sufrida en un partido lo obligó a dejar el fútbol para siempre en 1987 cuando apenas tenía 23 años.
En ese momento la decisión sobre qué hacer con su vida no fue tan difícil como podría ser para cualquier persona a la que se le ve trucado su sueño, puesto que había otra pasión que lo motivaba casi tanto como el futbol, el derecho. Siempre fue buen estudiante y aún durante su corta carrera se dedicó con alma, vida y sombrero a aprender todo sobre esta ciencia. Estudió en la Universidad de la Costa, allí se graduó y luego comenzó una exitosa carrera como abogado que lo tiene hoy como juez y siendo protagonista de un caso en el que están implicados familiares de quien fuera su jefe en su época de futbolista.
Por esos años, ya Fuad Char llevaba tiempo siendo el dueño del Junior de Barranquilla y, aunque justo el tiempo en el que jugó no coincidió con él como presidente del equipo, el empresario y político sí que tenía injerencia en las decisiones del equipo. De hecho, esa familiaridad ha generado suspicacia entre personas que aseguran que debería haberse declarado impedido cuando le tocó el caso de Julio Gerlein por reparto.
Su decisión ha causado bastante controversia, además de rechazo de parte de Miguel Ángel del Río, quien ha sido el encargado de defender a Aida Merlano en todo el proceso y quien aseguró que existían pruebas suficientes como para incriminar a Gerlein, las cuales incluían un audio en el que el empresario aseguraba haber aportado $14 mil millones a la campaña y no habrían sido tenidas en cuenta.
Julio Gerlein será nuevamente imputado por la fiscalía y se solicitará medida de aseguramiento en su contra. Un bandido como ese no saldrá impune.
— Miguel Angel Del Río Malo (@migueldelrioabg) August 17, 2024
El eterno caso de la Casa Blanca
Desde el 13 de marzo de 2018, día en el que la Policía allanó la antigua sede política y de campaña de la Aida Merlano, que era popularmente conocida como la ‘Casa Blanca’, el proceso para identificar cómo y quién financió la campaña con la que pretendía dar el salto al Senado ha avanzado muy lentamente. Además de la barranquillera, también se ha mencionado al exsenador Arturo Char; a su hermano Alex, alcalde de Barranquilla; al contratista Faisal Cure; a Lilibeth Llinás, quien era la fórmula de Merlano para la Cámara de Representantes y al propio Gerlein. Pero, hasta ahora, la excandidata ha sido la única que ha caído.